sábado, febrero 11, 2006

Jethro y Gabriela Zayas, así cimbró la arena



Querida Lety,

Al final la semanita, que parecía tranquila, se me complicó. Bueno, a lo que iba.

He leído tu libro de principio a fin y lo primero que debo decir es ¡Qué bien escribes!

El tema es tremendo; me produce un doble reacción, por un lado, es un tema que yo no viví nunca, y me resulta difícil comprenderlo. Por otro, es estremecedor, porque aún persiste esta discriminación contra las mujeres en muchas partes del mundo.

En cuanto a lo primero, yo nací en una familia de divorciados, mi madre era economista, nunca dependió de mi padre, es más, lo rechazó. Mi familia era muy diferente de la tuya y yo he sido siempre una persona libre, quizá demasiado. Nunca me he topado con discriminaciones ni las habría tolerado, y así, sin haber tenido esa experiencia, me siento lejos de poder comprenderla. Porque, por otro lado, a partir de tu matrimonio, creo que pudiste hacer cosas y no las hiciste, de modo que esa parte de tu relato para mí queda oscurecida por el misterio.

En cuanto a lo segundo, probablemente por lo primero, yo nunca me he creído que la mujer es una simple víctima. Y en ese sentido, tu libro es muy honesto. Te has vengado, en los demás y en ti misma. Toda víctima es, a su vez, verdugo. Es un libro muy honesto.

Hay dos cosas en el libro que no me gustan: creo que las voces son excesivamente numerosas y no acaban (al menos a mí me lo parece), de distinguirse. En cambio, todas tienen algo en común y es un moralismo, es decir, un deseo de haber sido mejores o más buenas...

Literariamente, este aspecto me parece flojo, si bien sentimentalmente puede estar bien. Hay un sentimiento de culpa que no comparto en el fondo de todas esas intervenciones. Un moralismo judeocristiano...una falta de reconocimiento de la labor del padre en la educación y el manejo de los hijos, dejando toda la responsabilidad para la madre...eso te lo señalé en su momento.

Y también pasa lo mismo con los hijos: no me parece lógico cuestionarse si una lo ha hecho bien o mal como madre y no cuestionarse a la vez si ellos han sido buenos o malos hijos...En todo caso, yo no me he cuestionado eso nunca, por lo que tampoco lo comprendo, ni le veo la utilidad.

En cuanto al tema de los padres de las voces, la madre, la madrina...todo eso es tan rural, pasar los hijos para que sean criados por otros...A mí me resulta difícil de comprender, y más todavía que la autoridad (no jurídica, sino moral), la ostente ese padre castrador y machista, sin que eso sea cuestionado (pienso en mayorías de edad, etc.). Y no logro comprenderlo.

No he comprendido por qué una mujer de 18 años no puede tomar una decisión de educarse, si lo desea...En fin, que en todo esto carezco de la información sobre ese tipo de formaciones familiares que sé que han existido (en España también), pero que yo contemplo como si fueran de Marte.

El estilo me gusta, la forma de enfocar las cosas, no. Lo que admiro es la capacidad que has tenido de darle la vuelta a la tortilla ahora. Y escribir ( y pintar) de ese modo tan estupendo.

Lo que yo haría...yo cambiaría de tema. Ahora que has llevado a cabo tu catarsis, y has sacado ese resentimiento (rodeada como estabas de machos: padre, marido, hijos), y de mujeres castradoras (madre y madrina), y has alcanzado una voz literaria muy potente y estremecedora.

Si tuviera que determinar el tema de tu libro, diría que es Una infamante historia de machismo. En ese sentido, me imagino que muchas mujeres se sentirán representadas. Es un retrato terrible.

Mi forma de ser mujer difiere tanto de la tuya...admiro la capacidad de entrega y la generosidad que tienes. Yo carezco de ella. Soy egoísta, pero me siento feliz así. Por lo que admirándote, no me cambiaría por ti (quiero decir, que quizá si yo hubiera sido como tú habría sido más feliz, o en este momento seguiría casada con mi amado ex, pero que no puedo contemplar la vida como entrega a los otros).

Tu libro es un testimonio tremendo de una visión ruralista y sexista, de derechas. Y tu libro, al escribirlo, es también el testimonio de qe todo eso no consiguió romperte más que transitoriamente. Eres un ave fénix.

Esto es lo que me ha sugerido la lectura. Me ha movido cosas, me ha indignado, me ha desconcertado. Y me ha servido para conocerte, cosa que considero muy interesante.

Un beso grande, Lety, un abrazo.

Gabi

***

Con cuanta impaciencia esperaba esta carta de Gabi, yo sabía lo que su temperamento exigente y honesto la llevaría a decirme. Amo esta carta, tanto como amo las suaves y dulces palabras de Laura.

Ahora se por donde debo seguir trabajando en el texto de EntreCaracoles, no me decidiría a eliminar facetas de esta mujer que soy yo, y que dicho sea de paso, me siento feliz de verme "descubierta" por Gabi, pero si estoy lista, citando sólo una de las enseñanzas que la carta de Gabi contiene, para trabajar en corregir esa idea que he plantado de la falta de reconocimiento de la labor del padre en la educación de los hijos, para dejar sentado que ese es el caso subjetivo, pero no la generalidad ni la recomendación. Necesito dejar claro que el texto es eso un testimonio, pero no una narración moralizante, porque se cuentan sucesos tal como se vivieron, no como se debieran haber vivido, ni siquiera como se quisieran haber vivido, y si esto no quedó claro, también sobre ello debo trabajar duramente.

Ahora, por qué adorna la fotografía de Jethro este post. Él es el hijo recién nacido de Xavier Villareal mi compañero en Cardo, quiero felicitarlo de este modo y decirle cuanto bien le deseo. Jethro viene a recordarnos que la vida es un ciclo contínuo, él representa la esperanza del futuro, el renacer de cada día.

Él representa mi promesa a Gabi de aprovechar sus enseñanzas para crecer; también mi gratitud a Gabi otra vez, a Laura, a Jean Georges, y a todos los que me han escrito, por el amor que me regalan y cultivo cada día.

Por favor regálenme su crítica, no sólo su amor, así me verán crecer como Jethro un día.

7 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Totalmente de acuerdo contigo querida Noemí.
La tuya sería igualmente bienvenida. Besos cariñosos

Anónimo dijo...

Ya te he enviado lo que deseabas que te enviara.

Ese niño es una amor y la foto una delicia.

En mi opinión, mis comentarios sobraban, querida Lety, porque, si unimos lo dicho por Jean Georges, Laura y Gabi, ¿qué más puede decírsete que no sea una repetición? Únicamente expresarte nuestro cariño, que por más que se repita, nunca sobre :)

Un entrañable y cariñoso abrazo.

Hannah

Anónimo dijo...

Gracias por tus visitas...gracias por tus palabras, por tus imagenes, por tus sentidos, gracias por la oportunidad de sembrar una semilla de amistad y compartir la maravilla y la magia de tus letras.
con afecto.
Daniel

Lety Ricardez dijo...

Querida Verónica, las observaciones de Gabi han sido muy buenas para mí, no tienes idea de cuánto he trabajado en estos dos días, Me ha dado madera donde cortar.
Gracias por tu presencia, te puse un link en quiero decir y que la voz responda
Besos para tí

Lety Ricardez dijo...

Hola Daniel, mientras tú me escribías yo estaba en tu casa y con Michelle para revisar la dirección de sus blogs. Ya puse un link para ustedes en quiero decir y que la voz responda
Estoy fascinada con tu hermosa familia, yo me siento honrada de poder ser amiga suya. Gracias también por tus generosas palabras, que Dios les siga bendiciendo (que ya lo hace)

Laura dijo...

Hay Lety:
la carta de Gabi y ese bebe que no es mas que un canto a un futuro prometedor emocionan. Me emociona tanto como tu gratitud de la que no soy merecedora.

Gracias Lety, sinceramente

Lety Ricardez dijo...

Queridísima Laura tu dulzura y caridad son enormes, así que mi cariño y gratitud están más que justificados.
Jethro estamos de acuerdo en que es todo lo que promete, una bendición de Dios, y la carta de Gabi, una enseñanza, me tiene trabajando como loquita desde que la recibí.
Besos fraternos para tí amiga querida

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog