viernes, junio 30, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio XVI

El del Parque, o la del parque, no era una casa, era un hotel de veinte habitaciones, donde encontraban techo, abrigo y alimento los jóvenes de aquella época, hasta la Georgia vivió un tiempo ahí.
Era la época hippie, que en Oaxaca se alargó como si el tiempo no pasara, gracias a sus playas de Zipolite tristemente famosas, y también a los dominios de Maria Sabina en Huautla de Jiménez. En estos años muchos jóvenes se iniciaron con el alcohol, los hongos, la marihuana, algunos de ellos para no abandonarlos nunca, o lo que es más, para sumarles cosas peores con el andar del tiempo.

La mamá de los Ricardez Carrión era a todo dar, según el decir de los amigos de sus hijos, y cómo no, si cualquiera de ellos, al quedar corridos de sus casas la encontraban a ella, así que ya te imaginarás que el hotel hervía de jóvenes.

En aquellos tiempos, cuando tu papá cumplió diecisiete años, los celebró tomándose diecisiete biberones de mezcal. Esta historia tu abuela me la dio para que yo la introdujera y sirve para que te des una idea del ambiente que vivían los varones de la casa solariega, cuando Nacho era un jovencito, ambiente que prevaleció hasta que lo cerraron.

Como madre yo no hubiera propuesto esta historia, pero así es la mía, celebra las gracias de sus hijos, y con este comentario dejo escapar vapor del que todavía guardo en ese sentido.
Entre sus diecisiete y lo que deseaba contarte hay algunos años de por medio, ¿ por qué entonces empecé la historia por el hotel del parque?
Para atender a la sugerencia de ella y tal vez porque recordé que uno de tus primos escribió en su blog algo acerca de su tío Nacho y lo ilustró con una fotografía de si mismo, en el jardín del Hotel del Parque, lo que escribió tu primo, si todavía sigue ahí, lo encontrarás en este archivo: http://lumbre-culebra.blogspot.com/2005/07/recuerdo-poco-grato.html

Tristán como se llama en el blog, habla en ese texto de un regreso, yo quería hablarte, de lo que sucedió antes de eso.
Aunque mira, justo ahora que me puse a sacar cuentas para ubicar el episodio del que habla Tristán, me acordé de otro, cuando se despeñó con el caballo, del que también tendré que contarte, porque ese es un regreso a la vida, pero esa es harina de otro costal, primero, lo primero.

martes, junio 27, 2006

Ignacio-Javier Javier-Ignacio XV

Por la desaparición de tu Papá, hemos recibido múltiples muestras de cariño y amistad. También ha sido el momento para acercarme a ti y al clan del Aranjuez. Antes prefería mantenerme un poco retirada, tengo mis razones no creas, pero no es el momento de enumerarlas. Debo confesarte que cuando estaba tu papá, no te sentía tan próximo, tal vez porque iba poco, no como lo hago ahora, además este hecho de dirigirme a ti, ha creado entre nosotros, aunque tú no lo conozcas, un lazo profundo que habrá de perdurar, muy independiente del lazo de sangre que nos une.

Hay días que tengo el alma llena de suspiros, se me escapan sin sentir. Tengo fe y sin embargo, no logro aceptar lo irremediable de su ausencia, el nunca más volver a verlo.

Tu papá murió por la noche, entre el doce y el trece de octubre, no se pudo precisar la hora con exactitud. Aún no cumple un mes y hoy es 1º de noviembre y en Oaxaca como en todo México celebramos día de muertos y ya sabes, jugamos con la idea de la muerte, festejamos el retorno de quienes nos han dejado, ponemos en un altar, junto con los Santos a quienes tiene devoción la familia, ofrendas de veladoras para el cielo y los alimentos que fueron los preferidos de nuestro ser querido, entre ellos no le faltará una cajetilla de cigarros faritos, y un copita de mezcal, aunque estos últimos no sean alimentos, tu papá no podría concebir una buena comida sin coronarla con un buen mezcal, porque ya lo dice el dicho, para todo mal, mezcal y para todo bien, también.

Así que con mayor razón hemos de poner este año un altar y jugaremos a que los espíritus regresan. Los niños de la casa, se paran de puntillas y pellizcan o escamotean los alimentos del altar y así podemos pensar que nuestro muerto regresó a comerlo, tú ayudarás con los antojitos que se preparen para tú papá y nosotros gozaremos por tu fechoría. A eso se debe el tono festivo en que intento escribirte, pero hoy no me sale bien el tonito.

*****

Te decía páginas atrás que tu papá abandonó el cargo de Secretario Particular en la Secretaría de Obras Públicas para pasarse una temporada en Puerto Angel y en la Finca.

Ay esa es una historia terrible, que voy a tener que diferir, para poder entrar en materia desde la puerta del Hotel del Parque.

Debo decirte ¡ay que necesidad de hacer confesiones! que yo trataba por todos los medios de mantener mi vida separada de la de mis hermanos y mi mamá. ¡Sucedían tantas cosas en el Hotel del Parque! Aquí podría introducir nuevamente a la Georgia Mungaray, quien acuñó el término de “la casa solariega de los Ricardez Carrión” para referirse al pequeño hotel que manejaba mi mamá.
****
Les ruego que disculpen que suba este post y no cumpla con mis visitas por tres o cuatro días, estaré fuera de la casa y sin acceso a Intertet, pero en cuanto regrese me daré el gusto de leerles y comentarles, no sólo aquí, también en sus casas.

sábado, junio 24, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio XIV

Llegó Don Conrado mientras escribía y le mostré en la pantalla de mi computadora, su nombre unido al de tu papá, ya sabrás sufrió una inundación en los ojos.

Creo que ha sido una gran idea escribir las historias de tu padre y no lo digo porque las escriba bien, es buena idea, porque tengo mucha tela de donde cortar. Es más, me sobra tela, hasta me queda grande el saco.

Don Conrado se entusiasmó y de inmediato quiso compartirme otros recuerdos. Me contó de cuando te fuiste de pinta con tu papá.

Si tú. No me equivoco. Antes de cumplir un año, ya te fuiste de pinta con papá, montado en el canguro.
Desde que cumpliste dos meses, estabas inscrito en la guardería. Nadie en la casa antes de tí, estuvo en una guardería, todos tus primos tuvieron nanas en la casa, tu madre decidió llevarte y como debe de ser, todos respetamos su decisión.
Y mira lo que son las cosas, fue bueno que estuvieras acostumbrado, ya ves lo que sucedió, y estar ahí en momentos difíciles, te dió estabilidad; te hizo mucho bien; fuiste un niño muy despierto.

Pero volvamos al asunto, esa mañana, tu mamá estaba trabajando en el Seguro Social, muy confiada de que papá te había llevado a la guardería y mientras tanto, sin avisarle siquiera, él andaba con su hijo colgado en el canguro, en el banco, en oficinas y en la calle.

De repente Nacho ve el reloj, se da cuenta que son más de las dos y regresa corriendo al Aranjuez para encontrarse con Sonia, que siempre organizada, pasó a recoger a su bebé, sólo para enterarse que se fue de excursión con su papá y no fue a la escuela.

Estaba bastante enojada, ya conoces el genio costeño de tu madre, así que de eso ni te platico, por mi parte, otras veces estoy presta a disentir del desorden, pero esta vez, que conste que no puedo evitar decir la verdad, me hizo gracia pensar en tu primera pinta.

*****


También por Don Conrado supe hoy, de una mujer que hace algún tiempo, les pidió un aventón a la orilla del camino, entre Puerto Angel y Pochutla. Estaba parada en la carretera ya muy entrada la noche, con un niño en brazos. Ella muy golpeada y el niño llorando a gritos.

Se pararon para llevarla y no bien se hubo subido, aparece el marido machete en la mano, y se deja venir sobre la camioneta, ellos sin bajar a la mujer, salieron pitando.

Ponen pies en polvareda y una vez que el marido queda lejos, comienzan la plática con ella, quien les dice que no tengan miedo, que el marido no intentaba asaltarlos, sólo quería matar a su mujer. Que borracho le había gritado mientras le pegaba, que de esa noche no pasaba.
Imagínate, pobre buen hombre, la mujer defendiendo su reputación, no quería que lo consideraran un asaltante.

La dejaron en Pochutla, sin haber logrado convencerla de la necesidad de levantar una denuncia, en contra del marido, para evitar que en el futuro la siguiera golpeando, o llegara incluso a herirla o matarla. Pero ella siguió trepada en su macho. Si hacía tal cosa iba a provocar su enojo y ella no quería disgustarlo.

¿No te parece tristemente absurda o irónica esta historia?

miércoles, junio 21, 2006

Ignacio Javier-Javier Ignacio XIII

Ayer se cumplieron nueve días de tu papá.

Celebramos, porque realmente a la usanza mexicana se trata de una celebración en toda regla, la Levantada de Cruz y fuimos todos con amigos y parientes a “su” panteón.

Porque así como te platiqué que de niño le fundaron una escuela especial, así fue inaugurado para él “su” panteón personal.

Tú ya conoces el lugar de su descanso, no cualquier persona ni familia o clan, tiene la dicha de tener a su hijo descansando en su casa, aunque esta sea una hacienda.

Los permisos y cuestiones de orden práctica no son fáciles de conseguir, pero como decía Nacho: en este país, teniendo amigos todo se puede.

Las Haciendas antiguamente contaban con instalaciones de todo tipo, capillas, casas de mozos y caballerango, su pequeña escuela, establo y también el panteón familiar, pues aquí simplemente se habilitó ese servicio y se pudo, ahí está en su lugar de descanso personal.

Nuevamente esa predestinación no común a otras personas, la asistencia fue numerosa y el sentimiento común real y sincero.

Mi mamá leyó una carta que tú habrás de leer también porque ella debe tenerla guardada para tí. Rubén leyó lo que a manera de biografía de mexicanidad dejó escrito tu padre, pocos días antes de su marcha.

Me llamó la atención que Nacho escribiera eso, porque su muerte fue totalmente imprevista, pero al leer sus palabras, uno siente que de cierta forma tuvo una premonición. El texto lo encontró uno de tus tíos, guardado en un archivo de su computadora, además lo encontró a tiempo para leerlo en la ceremonia.

Esta mañana Don Conrado le llevó un hermoso rosal con una sola rosa. ¿de qué color ? pues blanca. La trajo en una maceta y con ella un cuadrito que tiene aquellos versos de “cultivo una rosa blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero que me dio su mano franca..."

Al terminar los rezos caía la noche en el Aranjuez, el cielo era una explosión en rojos, desde el carmín al rojo sangre, digna despedida para tu papá. Mientras nosotros volvíamos de rezar, cabizbajos, caminando con sus amigos, tú como consuelo viviente, corrías tu año y medio por todos lados, sin parar.

lunes, junio 19, 2006

Ignacio Javier Javier- Ignacio XII

Que pérdida tan grande la tuya Javier. Por tu edad pudiera pensarse que no la percibes, pero no es así, solamente dos o tres palabras sabías decir antes de su muerte y hoy, en breves días, te has soltado hablando de manera extraordinaria, tienes necesidad de preguntar y de saber, y eso me estremece.

A veces pienso que si hubieras sabido hablar las cosas serían distintas, que tu padre habría tenido mayor motivación para modificar el rumbo de su vida, pero es una tontería mía, las cosas son como son y algún día comprenderemos su por qué.

Tal vez fue este el mejor momento para que Nacho se fuera. Pasará mucho tiempo para aceptarlo con serenidad. Que pensará Ignacio desde allá donde está respecto a ti y de la forma en que vas a conocerlo, a través de nosotros, su familia y amigos.

La responsabilidad me pesa, es más hasta me abruma, quisiera dar marcha atrás y romper estas hojas, dejar a Sonia a cargo de mostrártelo, porque no se si lo conozco bien, mis impresiones serán subjetivas, pero te pido que juzgues con amor lo que te escribo.

No es la verdad entera, es sólo mi verdad, lo que de su vida entendí lo que te comparto.

*****

Ayer hablamos con la madre Trini y esto me hizo recordar a Nacho niño, ¿verdad que no es común que funden una Escuela especial para un niño? Pues con Nacho sucedió, te lo explico:

Tu sabes que somos seis hermanos, a los cinco primeros a muy temprana hora, nos mandaron a Oaxaca porque en Pochutla no había Escuela privada, sólo la oficial.

Tener cinco hijos y no tener ninguno debe ser triste. Tal vez por esa razón, tu abuela decidió retener a su pequeño Nacho todo el tiempo que le fuera posible, así lo hizo, pero el tiempo transcurre inexorable y su último hijo dejó de ser bebé y debía ir al kinder.

Entonces tu abuela, se lanzó a la gran aventura de iniciar una Escuela Particular de religiosas en Pochutla.

Y no se quedó en cuento, se movió como pudo, materializó su sueño, y tuvo una gran suerte. El Arzobispo la canalizó con las Madres del Divino Pastor, cuyo apostolado es la educación, y así conoció a la Madre Trini, quien fue la primera Directora de la Escuela y desde entonces se convirtió en el contacto de toda la familia, nuestra línea directa con Dios. Así de linda y humana es.

Pasaron ya muchos años desde entonces. Cuántos destinos ha tenido nuestra Madre Trini y sin embargo su corazón todavía nos abriga. En cuanto supo la noticia vino a Oaxaca para consolarnos.

Ella es la gran abogada de Nacho, El Señor la escuchará y gozará de su Gloria.

Tu papá fue privilegiado, una escuela especial y la madre Trini su primera maestra.

*****

jueves, junio 15, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio XI

Recibí hoy una llamada telefónica. Se trataba del Dr. Ángel Armando Melgar Altamirano, amigo de tu papá, se enteró de lo sucedido y ofreció venir a verme. Cumplió y con sus palabras me dio un regalo.

Entre otras cosas, me platicó de tres panes llegados del pueblo de Tlalixtac de Cabrera, y este relato lo reproduzco para ti.

A estas alturas, si ya me estás leyendo, nada de la vida y andanzas de tu padre será para ti desconocido. Así que ya sabrás que estuvo encerrado. El por qué, no es el motivo de esta anécdota, aunque tarde o temprano hable de ello, pero merece un texto mucho más largo.

No pensaba ocultártelo, aunque no creí hablar de su encierro tan pronto, pero me motiva para hacerlo esta historia que su amigo me contó hoy. No puedo permitir que se pierda entre mis recuerdos el aporte del Dr. Melgar.
Le platiqué de tu anecdotario y estuvo muy interesado en compartir sus recuerdos. Se enteró de su muerte por el periódico y en ese mismo momento me llamó y como te decía, se dejó venir a la casa. Se veía muy afectado, es una persona vivaz e hiperactiva, se autodefine parecido a Nacho.

Le visitó varias veces en la cárcel. El no sabía que tu papá estaba ahí, llegó a enterarse, porque en un momento dado Nacho lo buscó, le dijo que con pena, pero deseaba hablar con él pues eran muy amigos.

Se expresa de Ignacio con calor y simpatía. No puede creer que Nacho ya no esté entre nosotros, dice que tu papá le pidió un consejo cuando le visitó y que cree haber contribuido a su boda y a tu existencia.

Que presumidos somos los que sentimos haber influido aunque sea por un momento, en la manera de pensar de Nacho, pero es agradable creer que nos hacía caso.

Pero vuelvo a la historia de los panes, que inicia con un joven convicto que no alcanzó libertad bajo fianza por un error.

Se trataba de un muchacho de escasos recursos al que atraparon con 30 gramos de marihuana, creo que esta cantidad se considera de uso personal y en el expediente por un error, la secretaria que mecanografió el acta, puso un cero de más, por este error y por falta de una buena defensa se quedó varios años en la cárcel, pues su delito se calificó como tráfico.
Cuando tu papá lo conoció, por el tiempo transcurrido, eljoven ya tenía derecho a libertad provisional, pero no la solicitaba porque no podía costear los trámites y la defensa legal necesaria. Nacho sabía que él no podía evadir la situación en la que había incurrido, pero vió la oportunidad de ayudar a otro a salir de ese infierno, así que llamó a Melgar para ayudarlo.

Tu papá nunca tuvo dinero propio, pero si buenas intenciones (también sabía gastar, a veces, con provecho) como en esta ocasión que nos ocupa, así que llamó al Doctor y entre él y otros dos amigos, se cotizaron y pagaron los gastos para lograr la libertad provisional del muchacho.

Este salió y pasados unos meses, la madre, una humilde lavandera, fue a buscar a tu papá que todavía seguía encerrado.

Le contó que su hijo se estaba portado bien y le llevó un regalo, fueron los tres panes de Tlalixtac de que te hablaba. Nacho le comentó al Dr. Melgar que eran los mejores panes caseros que él había comido en su vida.

El doctor dice que aunque Nacho nunca tuvo dinero, considera que fue muy rico, por su cultura, sus amistades y valores humanos. Tiene muchos buenos recuerdos de los momentos compartidos y me expreso que desea mantenerse en contacto conmigo. Quedamos de vernos en su próximo viaje porque quiere visitarlo allá en su panteón particular del Aranjuez.

lunes, junio 12, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio X

Estuve en el Aeropuerto esta mañana, fui a dejar a Armel el hermano de mi marido que vino a acompañarnos al entierro de tu papá y llegaba la Georgia, Mandolina Mungaray le decía Nacho y ella a su vez, le puso un nombre privativo de ellos: El trífido Ricárdez.

Aproveché para decirle lo que estaba escribiendo y preguntarle que quiere decir trífido. Esta es la síntesis de su respuesta:

Hace ya varios años, Cholita de la Rosa, esposa del General del mismo nombre, llevó a Puerto Angel un libro de botánica. No teniendo mejor ocupación, ellos lo hojearon juntos y Georgina encontró la descripción de trífido: Plantas, raras, escasas, peligrosas y de inmediato le adjudicó el nombre a Nacho.

Ahora que lo sé, estoy de acuerdo que son el equivalente botánico de Nacho.

Georgina está casada con Carlos Morales, cada uno por su propia cuenta merece el título de amigos, Carlos dirigió la Secretaría de Obras Públicas en el estado y Nacho en esa época, fue flamante Secretario del señor Secretario de Obras Públicas.

Fue corto el tiempo que desempeño este oficio, pero lo hizo como el mejor pudiera haberlo hecho.

Los Periódicos no acostumbran halagar a los empleados gubernamentales, sino por el contrario, los denigran, sin embargo y gozo en verdad en decirte lo bueno, en un periódico escribieron que ojalá cada Secretaría, contara con un Nacho Ricárdez, eficiente, capaz y amable con las personas.

Sin embargo poco nos duró el gusto de verlo trabajar con esa formalidad. Un buen día, desapareció sin dejar rastro y tomó unas largas vacaciones en el Puerto. Otra vez esa inquietud que acababa con sus días.
Yo se que esta pequeña historia, después de las anteriores, que parecen de película, te parecerá floja, pero es muy importante que sepas que tu padre era un hombre muy inteligente y capaz, antes de que por razón natural, vayan surgiendo otras historias.
Por favor tenme paciencia, ya voy encarrerándome.

viernes, junio 09, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio IX

Mi máxima preocupación mientras estuvo en el quirófano, era saber si la bala había lastimado su espina dorsal. No podía imaginar a Nacho sentado sin remedio por el resto de su vida, ni creía que él pudiera sobrellevar esa situación.
Cuando salió nuestro primo el médico a informarme sus terribles noticias, pero a la pregunta específica me respondió que no existía riesgo de parálisis, di rienda suelta a mi optimismo y le aseguré a Cotoño que Nacho se salvaría.

Así me daba en el corazón y así se lo hice sentir a mis papás cuando fui al Aranjuez para avisarles hasta las nueve de la mañana del otro día. Quise evitarles otra vez, esas terribles horas que viví a la puerta del quirófano y después la espera de la vuelta a la conciencia de Nacho, en la sala de terapia intensiva.

Que triste fue verlo en esa unidad de cuidados intensivos. Cuándo despertó, estaba convertido en un niño, el dolor le hacía hacer pucheros, la barba le temblaba incontrolable, en cuanto me vio me dijo: dime la verdad, ¿me voy a morir Leticia? ¿me voy a morir?

Yo le dije que no, que NO y este grito salió de lo profundo. No se por qué lo sabía, no sé, pero sabía.

Fue el enfermo ideal nunca se quejó. Sus dolores deben haber sido tremendos, pero sus ansias de vivir eran más grandes.

La historia de amor entre Sonia y él, no la conozco con exactitud, estuve muchos días acompañándolo y no me di cuenta de lo que sucedía, claro que sus aires de conquistador debe haberlos ejercido a solas con ella, pero en la realidad, así soy de miope en algunos asuntos. Suceden ante mis ojos y no me percato. Los detalles que conozco te los cuento después, también el cómo y dónde se casaron, porque merece historia aparte, pero por el momento te diré algo que para cuándo leas esto es seguro que sabes, porque una plaza del Seguro Social no se deja fácilmente y menos ahora que tu papá se ha ido; en aquellos días, como hoy, tu mamá trabajaba en Pediatría del IMSS y no aceptaba cubrir suplencias en otras salas, pero Dios, en esos días la impulsó para aceptar una suplencia de quince días en la Sala de Adultos. y ahí llegó para enfrentarse a su destino, tan es así que después supe que solicitó alargar su tiempo en la sala de adultos, hasta que tu padre salió del Sanatorio.

Nacho a partir de que pudo hablar empezó a rondarla, ¿que fue lo que le dijo para convencerla? No creo que un galán, con herida de bala, resultara muy confiable. No obstante se salió con la suya y poco tiempo después salían regularmente. Yo la conocí cuando me lo lleve a la casa para que convaleciera con nosotros y ella iba a visitarlo todos los días para hacerle curaciones

Hablé de los pucheros de tu papá y de su aspecto de niño durante la enfermedad y eso me lleva a evocar a Nacho niño.

Yo le llevo diez años y nunca presté mucha atención a mi hermanito, mi compañero de juegos preferido era tu tío Raúl, más cercano a mí en edad y en intereses.

De Nacho recuerdo una fotografía donde juega a las canicas en el polvo de la calle, un mameluco blanco, de piqué muy bombacho y sobre todo un copete ingobernable. Era igual al del pájaro loco, el de los cuentos de Disney. No recuerdo todo lo que quisiera de cuanto hacía o decía, pero creo que se dio prisa en transitar por su infancia galopando. Tenía prisa de crecer, para compartir experiencias con sus hermanos grandes.

Esa fue la raíz del problema y no juzgo, simplemente la expongo. Mi madre aceptó que prácticamente sus hermanos mayores lo adoptaran, lo dejó participar con ellos en lo que ella sabía de sus andanzas, así que compartieron con él sus nada respetables aventuras y creció así, sin saber muy bien quien era, niño precoz, o adulto niño.

lunes, junio 05, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio VIII

Antes de iniciar otra anécdota, que entre paréntesis ya he elegido, terminaremos la anterior, diciendo que como sólo a él le podía suceder, de recuerdo de esa terrible noche, no le quedó ni siquiera un dedo encogido, solo una cicatriz más que lucir, no porque el fanfarronear acerca de algo tan grave estuviera bien, sino porque así lo hacía, puesto que había salvado la vida del enamorado, y perdonado al compadrito.

Dejo también constancia de la maestría de Sergio como médico, pues aún cuando tu tío Efrén al día siguiente llevó a Nacho al mejor hospital de México, ahí dijeron que faltarían a la ética profesional, si cambiaran las suturas que Sergio había realizado, porque hacer eso podría representar el corte de muchos nervios, y que les parecía un trabajo diestramente realizado, por lo tanto debían abstenerse de hacer nada al respecto.

Me gustaría hilar mis historias, de tal manera que una te conduzca a la otra suavemente y que la inicies sin sentir, que no te resulten cansadas.

Pero la que sigue a pesar de ser tremenda, como casi todas las suyas, también será interesante para tí ¿sabes por qué? porque voy a contarte como Nacho, enamoró a tu mamá mientras salvaba su vida.

Esto sucedió en otra ocasión, y el susto esa vez, no se lo llevó Jorge en primera instancia sino yo.

Me despertaron por ahí de las tres de la mañana, para decirme: Nacho se dio un balazo, ¡qué bonita manera de decirlo! lo único que me hicieron pensar, fue lo que no era.

Creí que el balazo se lo había dado él mismo, porque quiso, pero bendito sea Dios que no fue así. Si se asestó él el balazo, pero fue un accidente, no tan fortuito, pero accidente al fin.

Estaba celebrando a su manera, bebiendo con los de su oficina, por el triunfo de Ildefonso Zorrilla. Había dirigido su campaña, le ayudó a llegar a la Presidencia Municipal, pero no llegó a formar parte del equipo de Regidores.

Resulta que mientras celebraban se les terminó el licor, nadie tenía dinero para comprar más y Nacho decidió sacar una pistola para darla en prenda de otra botella.

La pistola estaba guardaba bajo el colchón de su cama. Parece ser que el gatillo se atoró al tratar de sacarla y se disparó. Nacho estaba en cuclillas y el balazo tuvo una trayectoria terrible, hizo pedazos su hígado, cercenó su vesícula y entró y salió de uno de sus pulmones como Pedro por su casa.

Así que después de todo el esfuerzo realizado en la campaña, no llegó a ver sus frutos. Pero no se los robó nadie sino él mismo, ya que a causa del balazo, estuvo fuera de combate en el momento de asignar las regidurías.

Aún así fue afortunado ¿Cuántas personas podrían haber sobrevivido a heridas tan graves? Y aún si sobrevivieran ¿cuánto tiempo les tomaría recuperar la salud?

Pues a tu papá le tomo veinticuatro días y en medio de ellos, además de curarse, se dio tiempo para decir cosas bonitas al oído de Sonia, pero eso te lo cuento después.

En ese momento lo subieron en volandas a una camioneta, para llevarlo al Seguro Social, donde llegó con un pulmón colapsado. Otra vez su extraño sino permitió que la sangre de dos de sus acompañantes fuera de su tipo. No se si la transfundieron así, lo dudo por su estado etílico, o si firmaron el compromiso de reponerla, el caso es que a Nacho pudieron hacerle la transfusión de inmediato.

El médico que lo atendió esta vez, fue nuestro primo Cotoño, y en cuánto pudo hacerlo, salió del quirófano al pasillo para explicarme su estado; el primer problema era insuflar aire al pulmón colapsado, sin que surgiera una terrible complicación, y aún si esto se lograba, me dijo que no contara con Nacho, porque su condición era muy grave.

jueves, junio 01, 2006

Ignacio Javier Javier-Ignacio VII

El doctor Sergio nunca conversó con Nacho acerca de esta sobrenatural experiencia de la cual él fue testigo, yo le pregunté porque había callado algo tan importante, y ahora me lo contaba a mí. Su respuesta fue:

—porque Nacho me hubiera dicho ¿de cuál fumaste hermanito?—

Yo me sentí obligada a decírselo a tu papá, pero no sé si me creyó, porque no guardaba memoria de lo sucedido. Y creo que no lo recordaba, porque un peso así, no cualquiera podría llevarlo. Pero ojalá lo hubiera recordado, porque su vida habría cambiado más de lo que llegó a cambiar.

Pero en fin, lo importante es que Nacho vio a Dios y con esto, por lo menos a mí me dio un regalo. Gracias a él, yo sé que Dios está ahí y que sólo lo vemos con la muerte, pero está ahí y ahora que murió va a recibir a Nacho, no se si de inmediato, pero si se que llegará a estar con El.

También sé que tu papá va a ayudarnos contigo, pero especialmente a ti. No para vivir por ti, ni para evitar que te equivoques, sino para que analices y rectifiques, cuando sea necesario hacerlo.

Que tu papá ya esté en otra vida, me preocupa un poco, porque ahora sabe todo lo que pienso de él y lo que estoy haciendo. También sabrá de mis comentarios y no sé que le parecen, pero también debe saber que mi intención es buena.
Llevada por el amor trato de contarte las cosas con humor, pero no podría mentirte, así que mi falta de acuerdo con su forma de vida y la de todos tus tíos, va a saltar una y otra vez a la palestra.

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog