miércoles, noviembre 09, 2005

Resultó doloroso dejar salir sus pensamientos

Esther, abandona la pluma y queda quieta, largo tiempo, pensando, resultó doloroso dejar salir sus pensamientos, ahora suspira, endereza los hombros y escribe:
Durante mucho tiempo tuve la esperanza de que alguien llegaría a su vida para cambiarla.
Que, de manera providencial, otra persona, distinta de mí, vendría a ayudarlo y por eso me dedicaba a preparar a otros jóvenes; a auxiliarlos en sus necesidades, a la espera de su benefactor. A mi primogénito todo le llegó tarde:
Nuestro despertar a la fe, la hermosa casa, la terraza en la azotea, que él ya no disfrutó como sus hermanos.
Él sufrió mi inexperta vocación de madre.
También llegaron tarde los argumentos para vencer su resistencia a estudiar, a seguir una carrera profesional. Lo peor es que hasta la esperanza en ese Ángel de la providencia, la he dejado perderse poco a poco.
¿Llegará alguien para ayudar a mi hijo, ya que no me lo permite a mí? Si es sí, ¿hasta cuándo? ¿Será aún tiempo para él?
Las cosas van de mal en peor. Mi desesperanza se transforma en desesperación y me enzarzo con él en discusiones espantosas. Me falta y le falto al respeto. Esto no puede seguir.
Mis preguntas se quedan sin respuesta y es ahora, en este desentrañarme, donde encuentro la certeza de lo que soy respecto a él.
Ya no soy una madre. El tiempo para serlo en su estricta dimensión pasó.
Soy una mujer que ve a un adulto al que ama, estrellarse contra muros distintos a los que ella superó y sólo puede mirarlo, acompañarlo desde lejos y desear lo mejor para él.
Es él quien tiene en sus manos las riendas de su vida y de él la responsabilidad de asumir y superar los errores, los propios y los de crianza. Cada ser humano tiene sus propios obstáculos que sortear.
Los menores me preocupan menos, ellos están siguiendo una carrera profesional, son más abiertos y disfrutan cuando estamos juntos.
Pero ¿hasta dónde podré tomar algún crédito en sus logros?
Todas las mamás que conozco vivieron la infancia de sus hijos haciéndola de chofer para ellos. Todas conocen de pe a pa los nombres de cada uno de sus amigos. Yo no. Muchas veces di permisos y olvidé preguntar ¿a dónde?, ¿con quién?
La vida es mucho más que una carrera profesional. Creo conocer los anhelos de cada uno, pero no puedo evitar preguntarme
¿Los habré abastecido para sortear su propia vida, con algo más que con palabras?
¿Cumplí mi papel de madre?
Sólo el tiempo lo dirá.

28 comentarios:

Mary Carmen San Vicente dijo...

Yo creo que Esther ha dado lo mejor de sí, porque entiende y sabe que la naturaleza de las madres es esa, aunque una no siempre le atina ¿verdad? Talvez en esos gritos y reproches vayan enlazados los "te quieros" de su hijo.

¿Quién nos dirá al final que hicimos bien? ¿Quién pone el tache o la palomita?

Esther les dio su inexperta vocación que fue mejorando con los hijos, su preocupación, su tiempo, y la primera luz del alba.

Ay mi querida Lety, sabes...quiero a Esther.

Te dejo un beso, un abrazo y un agradecimiento infinito por tus palabras que me resultan familiares, son cariñitos como bien dices, reales y sentidos cariñitos..¡GRACIAS!

Mary Carmen San Vicente dijo...

Ahhhhh por cierto, yujuuuuuuuuuu Enigmaaaa FUI LA PRIMERA, FUI LA PRIMERA, FUI LA PRIMERA, FUI LA PRIMERA, FUI LA PRIMERA, FUI LA PRIMERA, lero leroooo!

Lety Ricardez dijo...

Mi querida MariCarmen, a tí puedo confiarte un secreto, las palabras amorosas de ese hijo llegaron. El ángel para él, también llegó, pero ya no quedó escrito, la novela estaba cerrada. Yo lo se porque me mantengo cerca. Debo contarte que el hijo también leyó esta novela, pero se negó en redondo a comentar. Y ¡Que importa! todo lo bueno que le deseas a Esther, ¡sucedió! Lo que no se es si ustedes motivarán a estas mujeres a seguir. Eso si no lo se.
Muchos besos para tí y para Enigma cuando llegue, si es que me permite dárselos.

hetsah dijo...

pasé por aca alguna vez y me sorprendí
vine a pasar vuelta
y continúo de corazón encogida
un saludo, respetos y si me lo permites, un abrazo

Lety Ricardez dijo...

Por supuesto que te lo permito y además te lo agradezco de corazón ensanchadó por tus generosas palabras. Vuelve por favor

Silencio dijo...

Esther, bueno el camino es incierto, se estrella cada uno con el muro y a veces este no existe, Esther, es cierto que, tal vez dejó pasar muchas cosas que marcaban una clara advertencia, pero no es cuestión de llorar por el pasado, sino de combatir el futuro, el ahora se puede usar para cambiar el futuro, esa es la clave, y bueno para que no dormir por eso que no se hizo, mejor no dormir planeando lo que será, y todo será más sencillo, si no, pregunta a Loquesera...

Demonios con esta esquizofrenia mía

Gullveig dijo...

Querida Lety,
Es inevitable para mi sentir como hija, pues aún no soy madre, y puedo decir que más allá de las carencias que todos tenemos por diferentes razones, y más allá de las dificultades que tengamos que sortear por esas carencias. El amor de nuestra madre al final siempre es como una suerte de brújula... y en mi caso, con todos mis aciertos y fracasos personales y profesionales, su amor, el de mi madre, ha sido mi norte.

MacVamp dijo...

Ahora comienzo a entender que el magnificado "papel de madre" nunca podrá calificarse, ni ajustarse a una escala predeterminada. Se sabe de sobra que no hay manuales para ser padres y que los hijos no vienen con instrucciones. Se cometen errores pero a veces los aciertos, o lo que se podrían considerar así, no salen a flote sino hasta mucho, muchísimo tiempo después.

El arrepentimiento es algo que nunca me ha gustado, sabes? No soporto los afamados cargos de conciencia, ni la culpabilidad. Prefiero una reflexión que salga de muy dentro y rectificar, en la medida de lo posible, lo que creemos que hemos hecho mal, errado o fracasado.

A las madres, sean cuales sean, jamás se les valorará, tendemos más a criticar que a elogiar verdaderamente. Es bueno saber que Esther se ha reconciliado con sus dudas respecto a su primogénito. Espero que entienda, ahora o más tarde, que de los propios hijos se aprende y que nunca es tarde para rectificar o subsanar el daño que pudimos cometer sin darnos cuenta. Pero hay que trabajar y mucho, paciencia y amor :)

Un abrazo.

Indianguman dijo...

Grandes preguntas, cuestionamientos básicos, del alma. El sólo hecho de hacérselas y de intentar desentraniarse a riesgo de ver cosas dolorosas, habla bien de una madre.

Yo también quiero a Esther, y escribe tan hermoso!

fgiucich dijo...

Nunca se encuentran las respuestas a esas preguntas fundamentales , en la primera de cambio. Quizás habría que esperar la reacción del hijo, ante la demostración de una madre que no estaba, sí está. Abrazos.

Dra. Kleine dijo...

NEna, al final siempre sabemos que todo lo que se sembró se recupera tarde o temprano...

Que una madre nunca, nunca descansa ni cuando el crío ya tiene su propio camino.
PEro Esther es fuerte, sí que lo es. Más de lo que yo aprendo de ella!

R. Sebastian Delgado Q. dijo...

ah lety siempre me conmueve leer tu blog... yo creo que Esther dio lo mejor, nadie puede juzgar como lo hemos hecho sino el tiempo.... cuidate mucho y se muy feliz, tu blog es como un cable a tierra para mi, por que aveces vivimos en realidades extrañas, cuidate mucho, un beso,

sebastian dq.

Lety Ricardez dijo...

Querido Silencio:
"El ahora puede usarse para cambiar el futuro"
Me gustan esas palabras y siento tu caridad (entendida como afectuosa compasión) hacia Esther y sus problemas.
Esta vez, lo escrito no te lanzó hacia dentro, has tendido la mano a través de las ondas cibernéticas de las que tanto conoces, para tocarla en la frente y le has transmitido consuelo.
Gracias joven amigo, que tú perdones y comprendas es como si lo hiciera un hijo de Esther.

Querida y hermosa Gala:
Pues aquí dolorosamente hemos hablado de los tropiezos y errores de la madre, afortunadamente no de falta de amor, así en que confiemos en que, como dices tú, ese amor supere obstáculos y se extenderá más allá de lo humano para consolar.

Lety Ricardez dijo...

Querida MacVamp, Es bueno aprender de los errores de los demás, uno de los cuales es, dar por cierto que nosotros no vamos a equivocarnos. Sólo el que se mantiene vigilante y es su propio crítico lo puede lograr. eso sucedió con Esther, ahora hace precisamente lo que dices, reflexionar, no asume culpas, sólo responsabilidades. De ahí, parte el camino a seguir.

Querida IndianGuman:
Si recuerdas, Consuelo nuestra segunda amiga, decía pararse a una distancia imaginaria de los adultos para decir, esto lo voy a hacer, aquello no. Esther parece no haberlo hecho. Por eso es bueno mirar (y mirarse) antes de hacer.
Si estos errores pudieran servir a una sola persona para evitarlos, valdría la pena, todo lo que ha vivido Esther.

Lety Ricardez dijo...

Querido Don Fernando:
Mis mujeres se reunieron para escribir ya hace algún tiempo. El tiempo ha cambiado muchas cosas, no le contaré qué, porque eso sería motivo de otra historia, sólo le diré que las cosas ya no son como aquí.
Por favor dele mi saludo cariñoso a su mamá y para usted deseo un retorno tranquilo a su hogar.
Lo abrazo con afecto

Dra. Kleine:
Aquí estas mujeres están pasando a recostarse en su diván sin haber sido invitadas. Sus palabras son esperadas con afán. Ojalá no la cansen y llegue usted hasta el final, en ese momento la de usted y todas la opiniones serán de vital importancia para mí. Como escritora y como ser humano también.
La saludo con enorme y sincero afecto.

Lety Ricardez dijo...

Sebastián tus palabras son agua fresca sobre la cabeza de Esther. Tienes la edad de alguno de sus hijos, así que hará de cuenta que uno de ellos habló.
Ya estuve por tu blog, me gustan mucho porque eres un joven reflexivo.
Te abrazo con sincero cariño

Anónimo dijo...

Yo siempre he pensado, y he tratado de vivirlo en relación a mis dos hijos: ellos son personas, completas, que tienen casi desde el inicio de su vida que vivir sus errores, tropezones, decisiones, dolores y alegrías. Nadie experimenta en cabeza ajena, todos debemos pasar por el camino, aunque las madres quisiéramos un día manipular las cosas no lo lograríamos de todos modos.
Todas somos las madres que podemos ser, desde el inicio de la humanidad, y ésta ha sobrevivido.

Besitos.

Laura dijo...

Lety:
las madres se preguntan muchas veces si han hecho bien las cosas o no.
No creo que el ser choferes de sus hijos las haga mejores madres. Muchas veces esas renuncias son facturas que se pasan en el futuro. Pero en cualquier caso, no me cabe duda, que como Esther, dieron lo mejor de sí.

Besos a granel

Lety Ricardez dijo...

Me gusta y me quedo con esta reflexión Noemí, todas somos las madres que podemos ser. Esta Esther de mis pecados, tenía que ponerse a pensar para revisar sus descosidos, corregir rumbo y salir.
Esperemos que estas duras confesiones sirvan de algo.
Gracias por comentar, me hace feliz tenerte aquí,

Mi querida Laura, estoy de acuerdo contigo. Yo nunca sería chofer de mis hijos, ellos son independientes desde pequeños, yo les decía que en esta casa imperaba la democracia, ellos me decían que imperaba para todos menos para mí que era la única a quien se servía. Que pena pero tenían algo de razón, ya te contaré más algún día.
Besos por venir

noname dijo...

Bah! estaba segura de haber dejado un comentario en tu bolg Lety.
Mmmm amor de madre, difícil tema para mi, pues yo y mi madre no tenemos comunión alguna, pero una cosa te aseguro que si mi madre hubiese tenido una décima parte de preocupación por mi como tú con tus hijos sería todo tan distinto.
El hecho de que Esther se haga esos cuestionamiento ya habla bien de ella.
Un abrazo grande.

tyare dijo...

Nadie enzeña a ser padres, por lo taanto no siempre hacemos lo mejor al criar nuestros hijos, pero el error de Esther fué tan grande como ahora es su dolor. Su hijo se crió resentido por el rechazo de la madre (sean cuales sean los motivos que tuvo), se convirtió en un rebelde, anarquista talvés y ees la manera que tiene de hacerle conocer a su madre el daño que le causó. Ahora el es un adulto y hará de su vida lo que deseé. Esther deberá conformarse con obserbar de lejos la evolución del árbol que por no cuidar creció chueco. Besos

Enigma dijo...

Mientras Esther se haga esas preguntas, vivira una lenta agonia hasta la muerte.

La pregunta esta bien, pero no es la correcta, sino deberia preguntarse asi misma "¿hice lo correcto?", "¿me siento bien con lo que hice?"

Y ella misma se dara la respuesta... aunque, si bien ella misma dice llego tarde a todo y todo le llego tarde a su hijo, quiza hizo lo que pudo aunque no fue suficiente, ais que ahora queda en el corazon y razon de su hijo, salir adelante.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Hamletmaschine dijo...

No me siento capaz de juzgar, porque no viví cada uno de esos días. Asimismo, si bien soy tolerante, cuando me juzgan les hago ver esto mismo... Pero el relato enriquece, especialmente cuando miramos a los ojos a un ser que nos reveló al mundo, entonces si bien estuvimos cerca, uno dentro del otro, simultáneamente las distancias son infinitas, abismales.

Y paradójicamente, esta distancia nos puede aproximar un poco más.


Muchos saludos

Lety Ricardez dijo...

Hola Pepi, te dije que me sentía próxima a tí y es totalmente cierto.
Anhelo que perseveres en nuestra amistad, para que llegues a conocer las razones.
Recibe también mi gratitud y abrazo

Querida Tyare:
Sus comentarios son muy valiosos en verdad, para ahondar en lo escrito.
Veo que será necesario precisar que el hijo estuvo confiado sus vulnerable primeros seis años, a las mismas manos que educaron a Esther.
No diré que fue en la misma ciudad y sin dejar de verlo, ni el horario de trabajo de ella y su marido, porque no busco justificarla ni matizar su error.
Gracias por tu franqueza, besos para tí también,

Lety Ricardez dijo...

Querido Enigma:
Esther vivió diez años de agonía, pasó por todas las preguntas, incluída la que usted formula. Todo cambió cuando fue capaz de perdonarse a sí misma. Le fue más dificil que perdonar lo que a ella le hicieron. Cuando fue capaz de hacerlo, pudo entonces pedir porque el hijo fuera capaz de encontrar su propio camino. La vida continúa, las circunstancias no son las mismas ni están escritas. Son las que usted quiera imaginar para ellos.
Mil y mil gracias por venir, lo saludo con afectuoso respeto.

Lety Ricardez dijo...

Querido Hamlet:
Para saber y para verse a través de los ojos de los demás escriben Esther y sus amigas.
Esta experiencia ha sido enriquecedora para ellas y también para mí, porque gracias a los comentarios, siempre francos y respetuosos, aunque no siempre consoladores, puedo darme cuenta cuando no he podido lograr decir con claridad y así voy corrigiendo, con ojos empañados a veces, este escrito.
Me siento muy halagada por su presencia y lamento que no sea más frecuente, porque su opinión por razones que algún día le explicaré me resulta muy, pero muy importante en este texto.
Le saludo con respeto y afecto (platicamos mucho y muy bien acerca de usted con Raquel).

Anónimo dijo...

Hola, mi Lety, pasando listaaaa, jajaj.
Ya volví (es obvio).
Mi comentario es: bueno, ese crédito es evidente, los hijos reciben todo de nosotros de chiquitos y menos y menos a medida que crecen; eso es bueno para ellos y para nosotros. Al crecer, aprecian (o no) nuestra persona. Y nosotros la suya. No sé por qué los padres se preguntan tanto si lo han hecho bien ¿y los hijos? ¿Se preguntan si han sido buenos hijos? Lo que hagan los otros...como crían a sus hijos los otros...no sé si es importante. Sospecho que no. Yo no me identifico con estas preguntas. La verdad, estoy muy satisfecha de haber sido mamá y no me hago preguntas de si lo hice bien, si no, si las demás...pero bueno, me imagino que porque soy una solitaria y un poco misántropa.
Qué contenta estoy de haber venido, ya poco a poco me voy a ir poniendo al día de tus mujeres. Miles de besos.

Lety Ricardez dijo...

Mi queridísima Gabriela:
Tu presencia es una fiesta.
Sobre todo porque has llegado al primero al primero que tenías pendiente. Yo estoy de acuerdo contigo, los hijos también deben preguntarse, pero ese no es el objetivo de este texto, el objetivo es que cada protagonista se revise a si misma, y siembre en los demás el deseo de revisarse también y creo que eso se cumple. Ahora las preguntas y confesiones acerca de como lo hacen de bien otros, es por esa manía de mis mujeres de exprimirse hasta lo último y confesar, tal vez en contrición lo pequeñito y lo grande también.
Mis abrazos y la manifestación de mi alegria por tu retorno.
Te quiero

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog