III
Graciela regresa a casa sacudida por una mezcla indefinible de emociones. Inquieta por haber cometido lo que considera una indiscreción respecto de su vida íntima, aunque agradecida también por la delicadeza de sus amigas.
Las conoce y sabe que morirían por saber un poco más de ese misterio que ella develó apenas, sin embargo, ninguna la cuestionó ni siquiera bajo pretexto de ayudarla a revisar ese punto trascendental en su vida, respetaron su levedad. Piensa en Consuelo, la imagina preparándose para escribir en ese mismo momento. Así, de manera casi inconsciente inicia su monólogo:
—Ay Señor, qué diría mi marido si supiera que he sido capaz de mostrar lo que escribí y de hablar acerca de nuestra vida íntima. Se que no fui demasiado clara, pero, para mi caso, lo que dije era más que suficiente, me ayudó a conducir mis pensamientos, aunque me preocupe lo dicho, sobre todo cuando una de las cosas que más admiro de mi gordo es su perfecta discreción.
No siempre fui la que soy. Él tuvo necesidad de perdonarme mucho; desde la desconsiderada costumbre de agredirlo verbalmente aprovechando mi verborrea y su incapacidad para discutir conmigo, hasta mis faltas más graves y manías como esposa. Y ahora vengo yo, y lo pongo en evidencia.
No tuve mala intención. Me atreví porque necesitaba revisar mi vida para seguir caminando. Los muchachos se han ido a la universidad. Nuestras actividades han cambiado y hoy más que nunca nos necesitamos el uno al otro.
En verdad quiero ser mejor de lo que hasta hoy he sido y sólo desenredando esta madeja podré lograrlo.
No siempre fui la que soy. Él tuvo necesidad de perdonarme mucho; desde la desconsiderada costumbre de agredirlo verbalmente aprovechando mi verborrea y su incapacidad para discutir conmigo, hasta mis faltas más graves y manías como esposa. Y ahora vengo yo, y lo pongo en evidencia.
No tuve mala intención. Me atreví porque necesitaba revisar mi vida para seguir caminando. Los muchachos se han ido a la universidad. Nuestras actividades han cambiado y hoy más que nunca nos necesitamos el uno al otro.
En verdad quiero ser mejor de lo que hasta hoy he sido y sólo desenredando esta madeja podré lograrlo.
Escribir todo esto ha sido una gran ayuda para entenderme y afortunadamente, después del apuro con el que inicié, ahora siento la necesidad de expresarme y como nada me impide continuar escribiendo, lo haré a partir de hoy, me lo propongo—.
Esa noche, Graciela enciende la luz de su cabecera sin que su marido siquiera parpadee. Es habitual para ella acostarse a dormir tan temprano como un infante, y despertar a las tantas de la madrugada, ahora para escribir en el cuadernillo que mantiene al lado de la cama.
Su habitación resulta grata a pesar del desaliño propio de la noche, se respira serenidad en ella. Se vuelve a mirar a su marido y se le acerca para darle un ruidoso beso en la mejilla. También a estos desplantes está él acostumbrado. Sólo aprieta los ojos y se vuelve de costado para continuar durmiendo, mientras ella se instala pluma en mano:
Mírenme aquí, otra vez escribiendo. Si me hubieran dicho hace un mes de lo que iba a ocuparme, no lo hubiera creído. Nunca pensé que pudiera encontrar tanto gusto en estas reflexiones. Mi gordo sigue durmiendo, pobre, casi lo despierto. Sé que lo perturbo y aún así no puedo evitar besarlo; es casi una travesura.
Aunque, no siempre es travesura. A veces, cuando al despertar lo miro y noto su palidez, o las nuevas arrugas de su cara, o lo oigo como aquélla noche, llorar en sueños, me nacen unas ganas enormes de tocarlo, pero también de rezar. Sólo imaginar la vida sin él, me inunda los ojos. En esos momentos me acerco y lo beso con suavidad porque necesito atraparlo de esa manera, no sé bien ni qué es lo que deseo, pero sí sé que lo sobresalto.
Esa noche, Graciela enciende la luz de su cabecera sin que su marido siquiera parpadee. Es habitual para ella acostarse a dormir tan temprano como un infante, y despertar a las tantas de la madrugada, ahora para escribir en el cuadernillo que mantiene al lado de la cama.
Su habitación resulta grata a pesar del desaliño propio de la noche, se respira serenidad en ella. Se vuelve a mirar a su marido y se le acerca para darle un ruidoso beso en la mejilla. También a estos desplantes está él acostumbrado. Sólo aprieta los ojos y se vuelve de costado para continuar durmiendo, mientras ella se instala pluma en mano:
Mírenme aquí, otra vez escribiendo. Si me hubieran dicho hace un mes de lo que iba a ocuparme, no lo hubiera creído. Nunca pensé que pudiera encontrar tanto gusto en estas reflexiones. Mi gordo sigue durmiendo, pobre, casi lo despierto. Sé que lo perturbo y aún así no puedo evitar besarlo; es casi una travesura.
Aunque, no siempre es travesura. A veces, cuando al despertar lo miro y noto su palidez, o las nuevas arrugas de su cara, o lo oigo como aquélla noche, llorar en sueños, me nacen unas ganas enormes de tocarlo, pero también de rezar. Sólo imaginar la vida sin él, me inunda los ojos. En esos momentos me acerco y lo beso con suavidad porque necesito atraparlo de esa manera, no sé bien ni qué es lo que deseo, pero sí sé que lo sobresalto.
24 comentarios:
Qué buena pintura!
muy expresiva
Le deja el beso de regalo, montículo coronado en una mejilla, desmoronándose hacia los labios y su abismo, perdidos entre tinieblas oscuras sin linternas. Y él absorbe por los poros, se nutre de esencia animal, de sedas, de chocolates, de atardeceres con abrazos. Entonces el pequeño cerro se transforma en un charco que surca raudo hacia la almohada. Para atacar las plumas, para llevarse residuos. Y llora, como un niño nuevo ante el mundo que es más viejo. Llora y agarra tu mano, para que no lo sueltes. Para que se consuman con adherente, espalda con espalda, prestos al patíbulo pero sin regalarle a la maldita existencia el rostro del otro al abrir los ojos.
Las siete últimas líneas de este capítulo, muestran a Graciela en toda su dimensión humana y transmiten una serena ternura que la eleva más allá de su necesidad de ser perdonada. Ella está redescubriendo que la vida de a dos es más placentera. Abrazos.
Ese beso de la que en la noche escribe lo dijo todo. Con todo y todo, es una historia de amor. Del grande.
Uno para ti!
Aquí estamos, Lety, con Graciela en medio de la noche, escribiendo. Nos colamos por la ventana y estamos calladitos todos, mirando dormir a su gordo querido. Un beso.
Querida Raquel:
No llegué a enseñártela ¿verdad? Cuando le tomé esa foto estaba en sus inicios, así que como dicen los niños ¡Me quedó mucho más bonita!
Oye, vi que tu paso por el poema de Indianguman fue muy rápido, a mí me fascinó y pensé en tu antología del desnudo. ¿Lo volverías a leer? Muchos besitos.
JeanGeorges: Usdted de visita, aún teniendo tanta gente por casa. Se agradece y sobre todo estos poéticos pensamientos acerca de Graciela y el dueño de su corazón. Yo que estoy más cerca de ella la he escuchado decirle a sus hijos que todos juntos, no suman lo mismo que él, y eso que son cuatro. Así que puede usted imaginar que cuando abren los ojos, si se encuentran el uno al otro. Reciba mis abrazos.
Don Fer: Tiene usted razón hay mucha ternura en Graciela, pero no crea que la está redescubriendo, precisamente para no perderla, para seguir amando a su marido, a pesar de sus diferencias, el subconciente tomó esas decisiones, lo que si descubre hasta ahora, es que su "hacer" tenía intenciones ocultas. Pero no le vendo la historia, mejor lo saludo con el respeto de siempre.
Señor Cuervo: Yo se que cuando se escribe, no siempre es uno el sujeto, pero aquí lo sentía muy presente y aunque usted ahora sólo conoce a Graciela, la que sólo mira por su marido, ya conocerá a Esther, que es la madre de todos, no sólo de los hijos propios, también de los ajenos.
Querida Indianguman: Ese beso de la que escribe en la noche es como tú dices, amor del bueno. Aunque a veces, se le nuble la vista, por nuevos temores. Con cariño fraterno.
Gabriela: ¿Verdad que duerme como ángel? En realidad Graciela presume tanto de él, que ya le han dicho que no lo anuncie tanto, porque van a comprárselo. No dejes de venir, dentro de muy poquito, nos vamos a tomar un cafecito en el Morgan, ahora será Consuelo la que deseará atraparte. Yo te dejo aquí un beso.
Esteban, tu presencia aquí es oro sólido. Nos hacen falta caballeros, así que a cada uno de los que llega les concedemos un lugar super especial para "engatusarlos" No queremos que esto sea una reunión de mujeres, ya basta conque al Café Morgan vayan ellas solas. Pero siempre es bueno escucharlas escondidos, porque el alma de una mujer, no siempre está al descubierto. Te lo digo como si no fuera mujer, es un secreto. ¡¡Bienvenido y gracias por tus bellas y generosas palabras!!
Que se puede decir, hay cosas que se saben, cosas que se escriben y cosas que no se pueden guardar.
Tal vez Graciela, necesita gritar eso, necesita decir algo que parece enterrado y olvidado por el simple hecho de tal vez, ser algo trivial, y ella muestra que no lo es, como?, haciendolo moverse a la luz del sol.
Es así, cada guillermo y eduardo ( si con minúscula, no caen tan bien), salen flote, eterna traición de cada uno de ellos, pero no importa, que diablos, me pongo en evidencia y que importa...
Al final ya sea Dios o sea uno mismo, será quien juzgue cada acto, cada culpa y cada traición.
El Abuelo
Que gran honor, usted Abuelo aquí conmigo. Me recuerda a mi padre, y quiero decirle que a Guillermo, aquí si con mayúsculas, lo quiero filialmente, y a Eduardo en él, igual que a usted. Moría por conocerle y pedirle que todos me admitan en su casa, en su familia, en su corazón.
Lety:
me admira la lucidez de Graciela. Su capacidad de autocrítica ante las cosas que le deben ser perdonadas; su dulzura e increíble necesidad de no perder a su amor, ni aún dormido.
Qué decir! Simplemente Gracias por Graciela.
Lety:
Tus letras me sumergen en un mundo de ternura, de vida, de saberse vivo y sensible.
Todo un honor tener tu visita en casa.
Abrazo fraterno
Claudia
Gracias querida Laura, por tu afecto hacia Graciela,ya sólo le queda uno o dos post, pronto dejará el lugar a Consuelo, ojalá ella también toque tu corazón. No nos dejes. Abrazos
Bienvenida Claudia. Me sentí en casa contigo y ahora me siento agradecida por tus palabras. Tienes ya un lugar conmigo. Espero que seguiremos visitándonos. Recibe pues mi abrazo
Bien dije antes, todas llevamos una "Graciela" dentro, todas somos ella y ella es todas. A mi me da pavor, qué digo pavor...¡pánico! llegar a esta etapa de Graciela, descubrir que mis "pollitos" ya van labrándose el camino y comienzan a agitar sus alas para emprender el vuelo ellos solos. Es ese síndrome de "mamá gallina" que me cargo que Dios guarde la hora. Y después, un día como ella, ver a tu compañero de viaje y volver a estar como empezamos, "después de haber recorrido tanto no hayamos avanzado ni un palmo" como lo citara un escritor colombiano, Fernando Vallejo, refiriéndose al volver al lugar donde nació después de muchos años y redescubrirse, como lo mencionaron por ahí arriba. Es todo un proceso que ya me tocará algún día y que espero como Graciela, ser magnífico diestro y capotear las adversidades.
Ayyy perdón lo extenso, ni cuenta me había dado, ya casi escribo un libro jeje
Lety, tus letras me llenan de encanto y de inspiración.
Te agradezco mil veces las hermosas palabras que me dejas porque puedo entreleer lo mucho que me entiendes.
Debo pedirte un favor. Cierto día me has invitado un café Oaxaqueño, me quedó el gusto y las ganas de probarlo.
De ese día, me nació la inquietud de escribir algo sobre los aromas de latinoamérica.
A ver si me cuentas un poco más de tu tierra. Te estaría muy agradecida.
Un beso grande.
Kiantei
MariCarmen querida: Me encanta que te extiendas, ojalá estuviéramos más cerca para tomarnos un cafecito y conversar, te aseguro que tendríamos para cuerda para rato. Y tienes razón, mujeres somos y puntos de encuentro tenemos, que ni dudarlo. Ojalá acompañes a las otras, cada una con su punto de vista especial y su propia problemática y sin embargo cada una en todas. Tiendo mi brazo y te alcanza hasta tu casa.
El café volveremos a tomarlo dentro de poco en el Morgan, hablar de mi tierra, de la manera tan hermosa que narraste tus fiestas patrias, no ha entrado dentro de mi temática de escritura, pero si hablo constantemente de ella, porque la amo y me siento orgullosa. Aunque ahora recuerdo que tengo un artículo publicado en El Universal, que habla de Oaxaca en su soledad, déjame que lo busque y te lo envío, pero necesitaría tu correo, o no, mejor lo subo para compartirlo con todos, haciendo un pequeño lapsus en esto, o lo pongo en tu otra casa. Déjenme saber que es mejor. Abrazos
Lo último era para mí no?
Si lo era, te lo agradezco, si lo tienes y puedes enviarlo a mi mail, estaré más felíz:eternacandy@hotmail.com
Un abrazo chileno, con cariño.
Ainsss, esa ternura con patas ;-)
Yo apenas comienzo esta andadura a dueto por la vida, y naturalmene casi cada día descubro algo nuevo en mi relación de pareja, en mi marido que a veces guarda ases bajo la manga casi sin darse cuenta.
Ojalá, ojalá estemos juntos muchos, muchos años y que al cabo de ellos, podamos mirarnos cara a cara y leer en nuestra mirada cada logro y cada bache que fuimos valientes al sortear.
Un abrazo, Lety, sin duda eres eso: la ternura con patas :)
Querida Kiantei: Cada día me descubro como despistada, si lo último era para tí y ya subí para tí, en quiero decir... una descripción de mi oaxaca querido en los meses de escaso turismo. Compartelo con todos por favor. Besos
Querida Mac Vamp: Me encanta ser la ternura con patas, aunque no creas, a veces también tengo mi mal genio, lo que pasa es que vivo en constante pleito con mis defectos, que no son pocos y por eso a veces llego a parecer lo que no soy, pero es porque lo intento de corazón. Te mando abrazos y por favor no te aburras, sólo falta otros post y conocerás otra de mis mujeres. Abrazos
creo (y mucho mas de lo que creo) en la capacidad que tienes de erizar mi piel lcon cualquiera de tus lineas...
solo escojer una al azar...
te dejo un beso, uno muy grande.
TontoGrave: Aquí los besos se devuelven multiplicados, así que una lluvia caerá sobre tu cabeza por tan gentiles palabras.
Muralla:
Mis incursiones rinden en ocasiones frutos deliciosos. El amor con el que tu hija ha engalanado tus palabras, es el que estas merecen. Me alegra haber provocado tu visita. Soy amiguera empedernida, así que me has enriquecido porque si tenemos muchas cosas en común.
Hola amiga! de pronto me asaltó una duda... el cuadro de la fotografía lo pintaste tú?
besitos carinosos!
Querida amiga, a tantos kilómetros de distancia y tal vez estamos sentadas ante el teclado al mismo tiempo. Si yo pinté ese cuadro, cuando tomé la foto estaba en proceso, pero al final, ¿me dejas ser inmodesta? creo que quedó bonito. Me gusta sentirte cerca. Besos
Increíble! Eres demasiado modesta! Puedes crear algo tan hermoso y ni si quiera darte aires... Me deleito en tu arte. Qué ganas de ir un día a visitarte con lienzos y pinceles, papeles y lápices. Qué bien la pasaría en ese lugar tan bello y tan buena companía!
(Bueno, soñar no cuesta nada :-)
Lety: Siempre grato leer tus relatos. Graciela experimenta "el nido vacío..! Se vuelca a su marido , tiera ella!! Chao.
Indianguman, esta casa está abierta para tí, me refiero a casa cid de leon, no al blog, aunque pasen años para que puedas venir serás mi invitada. ¿Alguna vez has entrado a conocer la casa? ahí tienes el link a la mano. Del cuadro, aún no acabo de creer que pueda hacerlo, todo sucedió de una manera mágica que alguna vez les platicaré a todos, es más, esta noche voy a subir algo que habla de eso. Te abrazo
Querida Tyare: Te busco y te busco en tu casa y tú no se por donde andas. Luego descubro tus coment y me doy cuenta que estás como yo de visita. Sigue viniendo por favor. Besos
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