Mi querida Lety:
Ayer por fin me senté y me leí de corrido las cincuenta y seis páginas del anecdotario de Nacho para Javier. Fue empezarlo y terminarlo, así de apasionante es. Y como tu prosa es tan natural y amena, un relato lleva al otro, y nos transportas en el tiempo dando saltos como en una conversación. No me cabe duda de que así de ávidamente lo va a leer Javier, que a sus años debe estar despertando a nuevas preguntas y añoranzas de su padre.
Lo que le legas a Javier es un tesoro, que él sabrá valorar como tal. El respeto con que te dirijes a él, la confianza que le concedes al hacerlo, la honestidad conmovedora con que te paras frente a él como a un igual; todo esto, hará que él también se abra con respeto a la enseñanza que del anecdotario puede desprenderse y juzgue por sí mismo.
En lo que respecta a ti, mi Espíritu Bello (como acertadamente te llamó alguien por ahí), creo que lo que has hecho va más allá de la literatura –si bien desde esa perspectiva por supuesto que también es excelente. Pienso que has cumplido con un deber, sabes?, Creo que hay palabras que no deben callarse, que hay en toda familia secretos a voces que es mejor desmitificar, sacar a la luz. Y lograr hacerlo de una manera tan imparcial, sin fanatismos, tan sana, al final de cuentas, no es fácil. Los sermones y las moralejas no te hicieron falta, para eso te dio Nacho menudas anécdotas que reseñar! Y en su historia, que es tan fuerte, los hechos hablan por sí mismos.
Es natural a un hijo admirar a su padre, querer parecerse a él. Toda la pasión, la solidaridad y la inteligencia de Nacho están disponibles en el anecdotario para que Javier las tome y se reconozca en ellas, para que de esas mismas virtudes saque el poder de realizar la alquimia del Javier y el Ignacio combinados en la medida justa, de la vida venciendo a la muerte.
Gracias por permitirnos leer tan entrañables recuerdos de la vida de tu familia. Encontré mpresionantes similitudes con la mía propia… Y las reflexiones van cayendo como semillas en suelo fértil,
Mil besos,
Indianguman Carolina
Ayer por fin me senté y me leí de corrido las cincuenta y seis páginas del anecdotario de Nacho para Javier. Fue empezarlo y terminarlo, así de apasionante es. Y como tu prosa es tan natural y amena, un relato lleva al otro, y nos transportas en el tiempo dando saltos como en una conversación. No me cabe duda de que así de ávidamente lo va a leer Javier, que a sus años debe estar despertando a nuevas preguntas y añoranzas de su padre.
Lo que le legas a Javier es un tesoro, que él sabrá valorar como tal. El respeto con que te dirijes a él, la confianza que le concedes al hacerlo, la honestidad conmovedora con que te paras frente a él como a un igual; todo esto, hará que él también se abra con respeto a la enseñanza que del anecdotario puede desprenderse y juzgue por sí mismo.
En lo que respecta a ti, mi Espíritu Bello (como acertadamente te llamó alguien por ahí), creo que lo que has hecho va más allá de la literatura –si bien desde esa perspectiva por supuesto que también es excelente. Pienso que has cumplido con un deber, sabes?, Creo que hay palabras que no deben callarse, que hay en toda familia secretos a voces que es mejor desmitificar, sacar a la luz. Y lograr hacerlo de una manera tan imparcial, sin fanatismos, tan sana, al final de cuentas, no es fácil. Los sermones y las moralejas no te hicieron falta, para eso te dio Nacho menudas anécdotas que reseñar! Y en su historia, que es tan fuerte, los hechos hablan por sí mismos.
Es natural a un hijo admirar a su padre, querer parecerse a él. Toda la pasión, la solidaridad y la inteligencia de Nacho están disponibles en el anecdotario para que Javier las tome y se reconozca en ellas, para que de esas mismas virtudes saque el poder de realizar la alquimia del Javier y el Ignacio combinados en la medida justa, de la vida venciendo a la muerte.
Gracias por permitirnos leer tan entrañables recuerdos de la vida de tu familia. Encontré mpresionantes similitudes con la mía propia… Y las reflexiones van cayendo como semillas en suelo fértil,
Mil besos,
Indianguman Carolina
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Ustedes saben de que manera mueven mi corazón y se aposentan en él sus palabras. Lo saben, porque ante ustedes he querido estar desamparada y expuesta. Tenía miedo en verdad y ustedes me han devuelto la calma, estaba triste y me han regalado sus palabras. Hoy subo la carta de Carolina, pero les digo con enorme alegría que las de ustedes están ahí, y las iré subiendo en el orden de su llegada.
Te quiero IndianGuman, los quiero a todos.
6 comentarios:
es cierto lo que dice Indian sobre la alquimia de estos nombres y lo que significan: Igancio Javier - Javier Ignacio, son mucho más que meras letras y eso fue lo que tú, tan bellamente, nos mostraste.
otra hermosa carta que recibes, Lety.
abrazos a ambas
abrazos a ambas, leeré todas las cartas a tu lado lety querida =)
(yo estoy a punto de enviarte la mia)
Pasando para leer y darte un abrazo, mi hermana.
Hola linda, acabo de leer las dos cartas, preciosas, comparto su contenido plenamente. Recibe mi cariño; gracias por compartirlas.
Lo que dice Carolina es verdad y comparto plenamente lo que piensa.
Te mando un beso y sigo leyendo tu correspondencia.
Cariños
En fecha 2 de octubre de 2006, zarpó de puerto desconocido una embarcación sin bandera que la identifique: SHANGRI-LA. DERIVAS Y FICCIONES APARTE.
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