martes, julio 26, 2005

Abandoné mi bolsa de piedras frente al mar

No todos mis caminos emergieron de aquella bolsa de piedras que acaso abandoné frente al mar. Uno recorrí tanto, que lo aprendí de memoria. Va al pueblo donde nació mi padre. Llega ahí después de cruzar la sierra, donde las montañas se pintan de añil en la lejanía; son verdes cuando las tocas y castañas cuando te acercas a la costa en tiempo de sequía.

La tierra que atraviesa también cambia de colores. Hay parajes de tierra negra, viva, donde crecen helechos, pinos y hojas elegantes. Hay otros de tierra blanca que tamiza los árboles de harina. Esos árboles semejan fantasmas de sí mismos.

Otra tierra es roja; parece húmeda. Mirarla te hace sentir alegre. Te alegra tanto como el agua que corre cantando por los vericuetos del camino y a veces salta y se desliza sobre las rocas. Para llegar a ver esas pequeñas cascadas, debes callar y atender al sonido del agua. Sin el silencio, te las pierdes.

Cuando atendemos sale el silencio. Pero otras veces oímos sin atender y eso no es bueno, porque el silencio que no sale, entra y se apodera de nosotros y nos hace tristes, encerrados en nosotros mismos. Así estuve yo demasiado tiempo. Tal vez el mismo que estuve metida en el espejo, o perdida sin construir, dentro del caracol. Sin andar el camino.
*
Quiero escribir algo especial por estos días, pero aún no puedo hacerlo. Los puntos quirúrgicos resultan dolorosos y el ánimo escaso. Estoy encerrada en el caracol, tal vez, perdida sin construir. Me digo que voy a emprender una campaña para que a los Tin Larin y los Almond Rice, se les coloque una leyenda que diga que causan adicción y resultan nocivos para la salud. O tal vez sea mejor colocar ese letrero sobre la manija de mis cajones, esos donde escondo mis "delicias". O tal vez escriba antes y entonces me ahorre los letreros y aproveche los nuevos días para luchar y triunfar sobre mis adicciones. Perdón por no escribir a cada uno. Intentaré hacerlo pronto, por ahora sólo puedo decir: Ay, ay, ay, ay...

11 comentarios:

Tristán dijo...

Pobres TinLarines, qué culpa tienen. La culpa la tienen los recuerdos de la tierra roja, los fastasmas de los árboles en la sierra, el tasajo duro y la salsita de huevo buenísima que sirven cuando uno almuerza en San José del Pacífico, el mar en el horizonte cuando todo conduce sierra abajo, ese tipo de recuerdos que apetrujan tanto el corazón y las vísceras, ellos tienen la culpa. Y bueno, también los enojos proporcionados por sus angelitos, jeje, que acabamos con su vesícula :D Pero quién le manda a tener 5 hombres en la casa, ni modo, ora se aguanta... Pero no desesperen, esta señora ya mero se pone a tono y vuelve con ustedes. No sean gachos. No desesperen ;)

Silencio dijo...

Yo puedo asegurar que mientras las cosas que causan dolor no oscurezcan y cubran de silencio lo demás, es pan comido, regresar... cuando el mundo se cubre de silencio, ni las piedras hacen ruido, ni el agua se escucha, ni los pajaros cantan.
Tengo piedras de lugares en los que nunca estaré (siempre pido piedras a quien viaja) y otros a los que regresaré y otros que nunca me volverán a ver: Lyon, Viena, Argentina, Japon, Hamburgo, París, Inglaterra, Cuba, Vancouver, Chile, más pueblitos de Francia, Rusia, Italia, Zacatecas, Oaxaca, Merida, San Luis Potosí, Puebla, etc, etc, etc. Tal vez el mundo no pueda tener algo mío pero puedo tener un concentrado del mundo, así como tienes un concentrado de los caminos que tomas y que ya no te llevan al mismo lugar.
Cada punzada te debe recordar que sigues viva y que sigues sintiendo.
Hoy me cayó agua muy caliente y no sentí nada, ayer me decían que un nuevo adios se viene y me duele pensar que tal vez no sienta nada. Por eso cada punzada debe tomarse como recordatorio de las cosas que te falta por sentir y sentires que tienes que conmemorar.
Cada punzada debe ser como una de estas piedras, un lugar, un momento, alguien, cada dolor cambialo por un buen o mal recuerdo, pues todo eso te ha traido hasta acá.

Una pronta recuperación y un gran abrazo.

Lo-que-serA dijo...

Lety querida: Me encanta tu tierra y me encanta mirarla desde tus letras. Me gusta sobre todo el mar (desde cualquiera de sus orillas) para mirarlo y mirarlo y de alguna manera dejarle parte del fardo que a veces (solo a veces) me pesa, a veces.
Te mando un beso por cada ay. Me quedo con algunos para dártelos cuando vaya a verte. Guárdame un Tin Larín.

MacVamp dijo...

Saludos Lety :)

Espero y deseo que tu recuperación sea lo menos dolorosa posible y que logres lidiar con tus "adicciones", que de sólo recordar el sabor de los Tin Larín, se me ha hecho agua la boca, jejejeje. Y mira que no soy nada afecta a los dulces ni mucho menos al chocolate.

Te envío un fuerte abrazo.
Mac.

Unknown dijo...

Lety:
Estás malita?
te llamo.
besos muchos besos mi niña

Lety Ricardez dijo...

Tristán:
Estoy pagando una deuda antigua, y ni tanto, esta de no contestar a este post, pero lo hago ahora, en la madrugada como es más sabroso, apenas dejas tú la máquina. Me alegra haberte legado esos recuerdos, y sí, tenías razón, esta señora ya mero sepone a tono. Besos

Lety Ricardez dijo...

Andreas:
Este se lo debía. Hice lo que me dijeron, compartí con ustedes mis ay, ay, y se acabaron. Bueno soy una mentirosa, casi se acaban, pero en ese camino van. Usted al hablarme de las espirales incandescentes de los caracoles,me ha recordado también el camino de plata que dejan al andar.

Lety Ricardez dijo...

Slencio amigo:
Por supuesto que había leído tu comentario y puse en práctica lo que me dices, no se si por leído o por intuición, que es como hago casi siempre las cosas. Pero no te lo había agradecido. Ya sabes que siempre estamos en sintonía. Que bonito eso de que cada punzada debe ser como un recordatorio de los sentires que tengo por conmemorar y que lástima que ya tengas una piedra de Oaxaca, me gustaría haber sido quien te la llevara.

Lety Ricardez dijo...

Lo que será:
Te acuerdas verdad Maria Luisa, te acuerdas. "Señor mar, no se por cual de sus orillas volveré". Ese viaje sigue vivo en nuestros corazones y yo sigo esperando tu regreso a Oaxaca. Perdón por la demora en esta respuesta, pero alégrate de que al fin llegó.

Lety Ricardez dijo...

Mac Vamp:
Eres inteligente, no hay duda, por eso no cedes al hechizo de los chocolates. Creo precisamente que esa es una de las razones para "los nuevos días", emprendo desde ahora la lucha, serán unos gramos de triunfo cada día.

Lety Ricardez dijo...

Marcial Casanova:
Ni siquiera los ayes, justifican mi falta de respuesta. Perdón por la terrible omisión.
Primera visita y la puerta permaneció cerrada.
No soy así en verdad, por favor dame otra oportunidad y visítame.
Cordialmente

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog