jueves, noviembre 03, 2005

Todo tiene su lugar en esta casa, también en el corazón de Esther

Esther ha subido a la terraza en la azotea para escribir.
Se sienta en una pequeña banca de hierro forjado, rodeada de plantas. La vista es tan agradable que no es posible imaginar esa banca en ningún otro espacio. Cada cosa tiene su lugar en esta casa y en el corazón de Esther, ella toma la pluma y escribe:
Después de escuchar a Graciela, he reflexionado con dolor.
Mi marido y yo insistimos en que nuestra meta principal era que nuestros hijos pudieran estudiar donde desearan. Ahora me arrepiento, me doy cuenta de que no me preparé para su partida.
Siempre juzgué mal que para Graciela contara más su marido que todos sus hijos juntos, así nos lo decía. Tenía mis dudas, pero ahora creo siempre tuvo razón.
Los muchachos se fueron y me siento sola. Claro que nunca los crié para ser míos, siempre estuve consciente de que amarlos era dejarlos ir. Sólo demoré lo más que pude la despedida, por eso les pedí que me regalaran sus años de preparatoria. Sabía que una vez que salieran de la casa, no volverían. Porque una cosa es venir de vacaciones y otra es volver. Por eso la mesa se fue con ellos.
Ahora me ha llegado el momento de la verdad. He cavilado mucho desde que iniciamos esta experiencia y la conclusión a la que he llegado, es que como madre, no siempre hice lo mejor.
Tengo tan presente el irrespetuoso trato que recibí de niña, que permití que este recuerdo normara mi vida. Porque a mí no me permitieron privacidad, yo he tenido por mis hijos un respeto tan exagerado que me llevó a cometer desatinos.
Si ellos me leen, no compartirán mi punto de vista respecto a la libertad de que gozaron, porque para los jóvenes nunca hay suficiente libertad. Ellos ven las cosas desde una perspectiva distinta y decir esto, me hace pensar en los jóvenes de nuestra comunidad a quienes preparé para su Confirmación. Tengo fresco el recuerdo del amigable trato que establecí con ellos.
Ese grado de camaradería no lo alcancé con mis hijos, así que, como diría el querido capataz de mi infancia, soy “candil de la calle y oscuridad de la casa”.
Con mis hijos tenía que pararme de cabeza para atraer su atención, a su padre en cambio, lo seguían sin que tuviera que esforzarse. Es hasta ahora, cuando ya no lo esperaba, que me dejan ver la influencia que he ejercido en su vida. La profesión que eligió cada uno de ellos, va en relación directa con los trabajos que yo he desempeñado.
Esto me dice que, de alguna manera, lo que me vieron hacer fue determinante para su vida y lo mejor de todo, es que yo veía venir su elección, conocía sus aptitudes. Me reconforta comprobar que a pesar de los tiempos que les he robado, me preocupé por interiorizar en su carácter, en lo cada uno es.
Ahora que están en la Universidad, también sus estudios dieron el giro que esperaba. Pero esto sucedió después de años de traer a la casa calificaciones que otros padres hubieran considerado motivo de castigos.
El riesgo que corrí con su educación, no creo que sea la mejor fórmula para criar hijos. Fui bastante mano suelta; no porque los golpeara, por el contrario, me refiero a la libertad que les concedí.
Podían salir sin prohibiciones, tenían libertad respecto a horarios y para elegir a sus amigos. Aunque nunca me gustaron jóvenes melenudos, con mechones de colores, aretes, o vestimentas exóticas, no los atacaba. Ellos podían vestir y hablar como quisieran sin que su amistad me preocupara, pero no me hubiera gustado que lo hicieran mis hijos. Afortunadamente no tuve necesidad de prohibirlo; intuían perfectamente los límites.
Pero qué tal sus estudios mi Dios... En sus boletas, los dieces eran tan escasos como las palabras del marido de Graciela.
¡Y dale otra vez con Graciela! ¿Por qué no me la saco de la mente...?

34 comentarios:

Indianguman dijo...

ah, qué rico llegar primeraa la casa de Esther. En esa terraza debe ser maravilloso escribir.

No me es fácil ponerme verdaderamente en el lugar de Esther, de alguna manera todavía tengo demasiado fresco el dolor de mi madre cuando alcé el vuelo lejos de ella, y el vuelo de mi propia hija me parece aún muy lejano.

Síndrome del nido vacío, he escuchado llamarlo. Pero es la ley de la vida, y Esther, más que sabia, ha intentado hacer lo mejor, como todos los padres lo hacemos. Y siempre habrá algo que pudo ser mejor, y es común eso de que, por no querer hacerle a nuestros hijos algo que a nosotros nos hicieron cuando ninios, nos vayamos al extremo opuesto.

Pero en el caso de Esther, ella misma lo dice: sin imponer logró transmitir intereses y valores. Y eso me parece maravilloso.

Un gran abrazo, amiga!

noname dijo...

Hola amiga Lety,
Dicen que todo sería más fácil si los hijos vinieran al mundo con un manual para padres.
Siempre he sido de la opinión...mejor una decisión mal hecha que no haberla tomado nunca, aunque sólo se puede valorar en retrospectiva si aquello que decidimos fue o no lo correcto. Yo en particular creo que las malas decisiones no existen, cada persona dadas las circuntancias de ESE momento particular decide lo mejor, ahora que el escenario cambie al pasar el tiempo es algo con lo que debemos contar, pero es anexo y es algo que no podemos controlar y no es de nosotros saber lo que nos depara el futuro, es apostar en blanco.
Cada día me gusta más Esther.

fgiucich dijo...

Saber cómo educar a los hijos es una ciencia que todavía no se descubrió y creo, que nunca se logre. El timón de la vida nos puede llevar a generar ángeles o demonios, pero lo que importa es el balance al final de la jornada y Esther se debe considerar satisfecha de haber dado a sus hijos las alternativas necesarias para encontrar el camino. Que logren, o nó, transitarlos será cosa de ellos; Esther les concedió las armas necesarias y la más importante de todas: libertad de elección.
Lo otro, lo del síndrome del nido vacío, como dice Indianguman, no tiene alternativas, pero si paliativos. Algunos padres aferrados a sus hijos, cuando parten no saben qué hacer con su vida; ni siquiera se dan cuenta que les queda una pareja a su lado. Ahí está la verdadera tragedia. Es como aquella persona que se jubila. Si no ha preprado el terreno, no tiene la más mínima idea de afrontar esa nueva forma de vivir que le queda por delante, y eso también forma parte del sainete de la vida . Abrazos.

Mary Carmen San Vicente dijo...

Lety, mi Lety querida, dicen que los hijos son el reflejo de los padres, aunque te diré, yo en las mañanas veo a mi mamá regando su jardín (ella vive en la casa de enfrente), sale con tubos en la cabeza y de pants y yo la miro y pienso ¿así seré yo? ay que miedo jaja, faltará el susodicho que venga como Jirafales y le invite una tacita de café jeje
Pero es que yo creo que sí es cierto que todas nuestras actitudes influyen en nuestros hijos, siempre he pensado que ellos son de plastilina y uno los va moldeando, aunque luego nos llevemos sorpresas. Qué difícil es aceptar que son dueños de sí mismos, que harán su vida sin necesitarnos, creo que hay que prepararse para ello. Esther siempre fue condescendiente con ellos, y creo que ni ella misma imaginó lo determinante que singificaría ella en la vida de sus hijos.

Ay Lety, me encanta leerte! Te dejo un beso y la alegría de llegar a esta terraza pues cada línea te produce ese mismo sentir.

Lety Ricardez dijo...

Mi querida IndianGuman, de estas mujeres, te lo aseguro, siempre puedes esperar que digan la verdad. Pero también puede ser que callen algo que debiera decirse. Cuando sientas eso, por favor no dudes en pedirlo. Cada intención debe quedar clara, incluso las entrelíneas y cuando alguna de ellas haya logrado salirse por la tangente, por favor no la dejes, que conste que si Graciela y Consuelo lo hicieron ¡ya se te escaparon! aunque NO. Todavía podrías exigirles.
Esther todavía debe confesarse, no ha terminado.

Mi querida Pepi:
Fiesta en esta casa por tu constancia,aunque estas mujeres acaban con la fiesta,porque me ponen los pelos de punta con sus confesiones. Lo terrible con Esther es que está escribiendo retrospectivamente y debe decir mucho.
Aunque como dices tú el escenario sigue cambiando con el correr del tiempo. Aquí entre nos, debo decirte que para bien. Pero mejor la invito a que siga escribiendo. Por favor, ven siempre, te lo ruego. Besos para tí

Lety Ricardez dijo...

Pues si mi querido Don Fernando, aunque se me dijo que en estos de los blogs resulta aburrido un lugar en el que sólo se está de acuerdo. Entre nosotros los de esta casa ¿que podemos hacer si en realidad coincidimos?
Aunque le contaré que como esta mujer hablará no sólo de ella, sino también de sus hijos, por ahí anda cierta personilla que a lo mejor viene y disiente con ella y le pone los puntos sobre las íes. Bueno sólo a lo mejor, porque a lo mejor leer y calla. Ya veremos porque ella todavía no nos cuenta todo.
Es usted un tesoro de esta casa, ruego a Dios que nunca se me aburra y deje de venir, para encandilarlo le dejo un abrazo tamaño oso y algunos apapachos.

Que hermosa imagen nos regalaste, de tu mamá viviendo en la casa de enfrente, porque por supuesto, esto no es obra de la casualidad y dice mucho, pero que re-mucho. Y también me hiciste reir con los tubos, la tacita de café y el profesor Girafales. De Esther, aunque le falta decir no todo es malo, nada más recuerda el poema que hace epígrafe a este capítulo:
Hijo, te regalo mi experiencia,
no fardo,
no molde,
serás lo que tú eres,
no lo que sueño yo.

Y al decir serás lo que eres, no es un error gramatical, es porque se reconoce que lo que serán ya lo son, ya lo traen en semilla, nosotros sólo los abonamos y regamos.
Mil y mil besos mi amiga del alma.

Lo-que-serA dijo...

¡Ándale! Ya le tocó a Esther. Sí, mi querida Lety, supongo que este relato le dará comezón a unos cuatro. A ver si aguantan. ¡Ya mero nos vemos! Gracias por compartir esa foto preciosísima. Me la voy a robar, con tu permiso. Te dejo un beso, amiga querida.

Lety Ricardez dijo...

Pues si doña Maria Luisa, lo malo es que la comezón la sufrirá uno sólo, los otros no bloguean (ellos se lo pierden) y a usted mi querida amiga, la he cachado merodeando y sin decir entonces me imagino que lo que lees no te gusta. Pero ya te preguntaré el día seis, ardo en ansias de abrazarlos a todos.

Dra. Kleine dijo...

Y yo digo: quien pudiera sacarse a Esther cuando tiene en la mente todas esas cosas!
En definitiva, quizá los hijos se llevan la parte más importante de uno, como ellos también se llevan algo de nosotros, de ahí el cómo son grandes en muchos casos y nos sentimos chiuitiiinos a su lado.

Pa muestra: mi Periko tiene blog! jaaaaaaa www.perikosam.blogspsot.com Que si se llevan algo de nosotros? pues mira! jeje

Lo-que-serA dijo...

¡Ah! La deseadísima ventanita de las mamás, captura-merodeadores. Cuando leo y no comento pueden suceder varias cosas: que entro y me interrumpen la lectura; que entro, leo y me interrumpen la reflexión; que entro, leo, reflexiono y no se me ocurre nada a la altura o se me ocurre un chiste menso... todo eso podría suceder. Me gusta, mi Lety, cómo no!

Silencio dijo...

Es al contrario lo que sucede en casa, un día mi madre se fué, a vivir sola, después de los desvelos, las broncas y todo dejamos de entendernos, la casa de mi padre tiene un pleito con mi madre y por eso ella se fué. La forma tan libre en que nos educó, solo nos hizo decir, ok. Solo hasta el día que llegó el camión de la mudanza, entendimos, se iba, y ahora?... viajamos en el camión de la mudanza sin hablar, sin entender y viajando por primera vez a su casa.

Así que entiendo un poco, pero creo que es lo correcto, Esthert pudo mal educarlos para que vivieran con ella y no se fueran, pero así ellos regresan con gusto y vamos !!!, también eso la he llevado a ser mas fuerte, porque subirse a escribir en esa terraza significa que no hay tristeza ni dolor, solo una dulce melancolía...

Unknown dijo...

Qué linda madre, y qué linda hija!

Unknown dijo...

Esther, permite desperatr mi sana envidia y felicitarte por ese rincon de paz que has encontrado para poder inspirarte.

Mira que lo veo una y otra vez y no deja de seducirme el lugar, saludos.

Tristán dijo...

"
te regalo mi experiencia,
no fardo,
no molde,
serás lo que tú eres,
no lo que sueño yo"

éste es el mejor domingo, la mejor mesada que puede recibir un no tan escuincle :D

Angie dijo...

Me parece que has debido ser una madre excepcional. A mi siempre me han dado libertad mis padres y eso lo agradeceré toda mi vida, te lo aseguro.

Lety Ricardez dijo...

Dra. Kleine:
Mire que me falta tiempo para irme a ver el blog de Sam ¡cómo se le ocurrió esa idea! y de los hijos, si le digo la verdad, es más lo que nos dejan que lo que se llevan, si no, mire usted al Tristán.
Besitos

Mi querida Maria Luisa, soy una horrorosa, usted venga y diga o no diga. Esta es su casa, fue el duende travieso el que me ganó, o algo peor, quería oir una lisonja, porque de usted sólo llegan cosas bonitas ¡Que malvada soy! lo bueno es que así me quieres ¿verdad? imagíname haciendo un arrumaco por favor.

Enigma dijo...

Nunca se esta del todo listo para despedir en la puerta al hijo...

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Lety Ricardez dijo...

Ay mi querido Silencio:
En verdad tienes que venir a Oaxaca para que te de unos cuantos abrazos. Tenemos muchas confidencias que intercambiar y quiero que me regales una sonrisa ¿vale? Y Mira para ser honesta, debo contarte que esta nuestra Esther a veces ya ni sube a la terraza, nada más se la imagina y siente estar ahí.

Ajajá, doña Raquel, andas igual que yo, queriendo un apapacho, pues ahí te va mamita querida y pronto te los daré de verdad. ¡Si que linda madre y que gordita tan hermosa la hijita de semejante mamá!!

Lety Ricardez dijo...

Hola la Locura: ¡¡Eres un nuevo amigo, un nuevo amigo!! ¡¡día de fiesta en la terraza!! por supuesto que es para compartirla, si quieres ver más fotos, entra al link de casa cid de leon, te aseguro que entonces si quedarás enamorado. ¡¡y queremos que regreses otra vez!!

Don Tristán: Pues mira que lo providencial actúa en nuestras vidas. No dirás que este no es el mejor momento para releerlo. Pero lo mejor sería que fuera el recuerdo de actos, no de palabras, lo que ese epígrafe pusiera en tu corazón este día.
Besos incontables para tí.

Lety Ricardez dijo...

Buenos días Angie:
Hay días afortunados y este es uno de ellos. Dos nuevos amigos llegan a conocer su casa. Bienvenida seas, ya pasaré a visitarte también. Y como aquí se dice la verdad, te diré que esta mujer Esther, está contándonos al igual que sus amigas, lo que nunca se ha atrevido a decir. Así que nos confiesa que no es tan buena madre como creyó ser. Hasta ahora no ha despertado la animadversión de los amigos de esta casa, pero espero que si más adelante nos dice algo realmente malo, se le pueda comprender y perdonar.
Vuelve siempre que quieras, desde hoy te tiendo mi mano en amistad.

Señor Enigma, lo dicho, este es un día excepcional, aquí si me atrevo a promocionarme. Dejé para usted una historia de fantasmas y un muerto querido, en quiero decir... usted nunca ha ido ahí (el link desde la página) ojalá tenga tiempo y sobre todo que le guste.
Lo abrazo con respeto y afecto crecientes.

Anónimo dijo...

Lety, se me hizo tarde pero llegué...a oír a Esther. Ser buena ¿qué es? Es tan difícil. Los niños vienen sin libro de instrucciones. Por otro lado, la sociedad siempre pide a la madre que se 'sacrifique' ¿y el padre? ¿el padre no? Yo tengo una idea particular (hecha a mi medida) sobre eso. Y muchas veces he pensado que la idea social de lo que es 'una buena madre' no es más que una trampa de una sociedad de machos para contener nuestra fuerza. Un beso, Lety.

Lety Ricardez dijo...

Recuerda Gaby, que no hay cárcel más difícil que la que cada uno construye para si mismo. En el caso de Graciela, ella eligió por ejemplo, dejarle a su marido el papel de "bueno" y asumir ella el de correctora, en el caso de Consuelo, decidió atarse a sus obligaciones y en el caso de Esther, contravenir su crianza, huir de los esquemas, ya veremos si logró hacerlo. Pero fuerza han tenido y es lo que han necesitado ahora para revertir el caracol y dejar salir el silencio. Como siempre, te beso con enorme cariño. Ya te estuve leyendo, pero estos días tenemos casa llena y además dos recitales y la preparación del encuentro de mujeres poetas y ando loquita con todo ello.

Tristán dijo...

Hay un buen blogger, Julio Salinas, que reclama lectura de literatura para sus niños. Le he comentado de tus poemas y me dice que ya le urgen. Compártele aunque sea unos cuantos, sí? Vete a dar una vuelta por allá. Además te va a gustar. Besos.

www.juliosalinas.blogspot.com

Lety Ricardez dijo...

Gracias Don Tristán, se agradece, por supuesto que iré a ver a tu amigo y a llevarle algo. Besos también

Anónimo dijo...

Lety, me gusta mucho venir y releerte. le saco más jugo a la segunda o tercera lectura. Claro, las mujeres tenemos una fuerza especial que puede con todo.
Y por lo que toca a las visitas, Lety, siéntete libre siempre conmigo. Yo sé que estás, y eso es lo que me importa. No es obligación, es devoción por ambas partes. Yo también voy a entrar en una etapa (la semana entrante) de corrección de exámenes y de trabajos y voy a tener que dosificarme, pero yo sé que tú sabes que te sigo, sé que intuyes que a veces vengo y te leo pero no escribo, y que eso no es más que una anécdota.
Un beso y un abrazote

Davide dijo...

Questa terrazza è molto bella. Saluti. Davide

Lety Ricardez dijo...

Mi queridísima Gaby. Lo que me dices es no necesito creerlo. Lo siento y esto de que me releas, me colma de gratitud, una gratitud que no alcanzo a explicarte, pero que entre muchas otras cosas me motiva a seguir. Si debes dosificarte la próxima semana, lo entenderé, pero por favor vuelve en cuanto puedas, ¡me haces falta!

Hola Davide, bienvenido seas, estas invitado a esta terraza siempre que lo desees. Que tengas un bello y soleado día.

Daniela dijo...

ay Lety, te dire que estoy como al otro lado de la historia, pues en la 2da semana de diciembre me voy de casa!!!!!!!!!!!!!! a comenzar mi vida, dejando a tras a mi adorada madre y a sus permanenetes regaloneos, quiza en mi vida logre comprender y dimensionar su capacidad tan grande y bella de quererme
Me queda claro que para ella este cambio es algo fuerte, pero que a la vez la tiene FELIZ!, como entender desde el pto de vista de una como hija, no?

Lety Ricardez dijo...

Hola querida Daniela,
¿Y tú? ¿Cómo te sientes tú con este cambio? Eso es lo importante. Tu madre tiene su vida, tu vas a empezar a escribir tu propia historia ¿Cómo te sientes amiga? Deseo en verdad que bien y deseosa de explorar tus perspectivas.
Te abrazo y estaremos pendientes de que nos cuentes tus primeras experiencias. Besos también

Anónimo dijo...

Claro que vendré, Lety. Eso seguro. Un beso.

J.S. Zolliker dijo...

Qué belleza y qué delicia de bitácora. Te enlazaré desde mi sitio, y no sólo para recomendarte a mis lectores, sino para poder yo, poder encontrarte con facilidad. Saludos!

Lety Ricardez dijo...

Buenos días de Domingo doña Gabriela, dia de la tacita de café, antes de que te zambullas en esa semana de exámenes y calificaciones. Un poquito más tarde subo el post de hoy de nuestra Esther. Lo leeré parada de puntitas tras tu hombro a ver si logro captar tus sensaciones. Mientras tanto, recibe muchos besos

Lety Ricardez dijo...

Buenos días José Sánchez Zolliker:
He estado no una, sino muchas veces en tu blog sin dejar comentarios y tú lo sabes verdad? Me gusta muchísimo lo que escribes, lo que sucede es que no me califico para emitir opiniones en temas políticos pero disfruto verdaderamente de tu lectura. Estoy agradecida por tus palabras y ese link será correspondido con gran placer.
También conozco tu blog de publico donde algún dia me animaré a pedirte un pequeño espacio, más pronto que tarde. Bienvenido y por favor vuelve pronto (hoy subiré un nuevo post)

Lety Ricardez dijo...

Querida Verónica:
Si perserveras por estos recovecos del caracol, encontrarás a las mujeres que los habitaban, tres de ellas han salido, la que hoy leiste se llama Esther, y todavía nos falta rescatar algunas. Aquí estamos EntreCaracoles, así se llama el total de esta historia.
Te abrazo con afecto y voy por tu casa

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog