domingo, marzo 04, 2007

VII.- Pero también estoy triste por la ingenuidad de mi gente, por la fe que se entrega













Fui tan ciega de niña, como para sentirme afrentada por mi parte indígena y por la falta de estudios de mi abuela. En cuanto tuve mejor uso de razón; cuando me di cuenta de donde me venía la magia, agradecí cada gota de su sangre y he pedido perdón, por mi infantil tontería.

Hoy son personas autóctonas, como la inolvidable Doña Chelo, las que me hacen consciente de lo que vale nuestro estado. Su sensibilidad y su arte, sus dialectos y memorias son mi orgullo.

Y no me ufano sólo de mi gente, también de la tierra que nos nace y cobija en su rebozo.
En Julio y en septiembre, Oaxaca, la de los días que se alargan, se acaricia la cintura con la seda de su rebozo y sale a cumplirse los antojos de pasear por sus calles; de seducir y atarnos el alma con los hilos de sus flecos.

Aire, color y luz se entrelazan, para ocultar a esta hechicera, que bien se asoma desde un balcón y mira a su amor pasar o te invita a esperarla a la sombra de un zaguán, para después caminar del brazo con ella, al centro ceremonial de sus encantos: El Zócalo.

Este Julio y septiembre y varios meses de este año, nuestro Zócalo y sus calles aledañas fueron tierra de nadie. Es por eso que estoy triste, por la ciudad mancillada, por la ingenuidad de mi gente, por la fe que se entrega para caer en manos de bandidos; por la falta de preparación, que nos hace presa fácil de malos, y también por el hambre, que nos pone detrás como corderos.

Estoy triste también por la incapacidad de nuestro Gobierno; por los políticos oscuros que orquestaron la ruina de mi pueblo y ahora con ojos fríos contemplan el desastre, mientras se frotan las manos, en espera de recoger, el fruto envenenado que sembraron. Estoy triste por la cara que mostramos, al resto del país y al mundo.

Porque vengo de familia indígena, de gente fuerte, que nunca esgrimió el machete, para otra cosa que el trabajo. Porque vi florecer su esfuerzo, y he visto florecer el propio, en una vida distinta, más blanda que la que mi gente, en su origen tuvo.

Porque se que el trabajo dignifica y permite cambiar esquemas. Porque he visto, que si un hombre digno pone manos a la obra, puede cambiar su sino: Por eso creo en el futuro, por eso espero triunfe el bien y nos dejen limpiar afrentas, recuperar la dignidad, volver a levantar la cara.

Vengo y asiento estas consideraciones aquí, porque el pasado es la raíz que me sustenta y el presente, aún estos amargos de la oblación, el fruto de los días vividos.

Sólo la ira sobra. Esa es la mala manera de vivir los días.
Son esas las aguas amargas, que a veces me visitan. Por eso quise decir acerca del conflicto en mi ciudad, para dejar ir la ira.

20 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Queridos amigos, si ustedes no estuvieran para contarles, tal vez no habría escrito estos textos. Algunos se los compartí en el momento de crearlos y los subo ahora, un poco más trabajados, porque creo que forman parte de un sólo relato, el de mis días, donde mantienen ese desorden sintomático que tengo con el reloj y el calendario.
Tristán www.lumbreculebra.blogspot.com mi hijo, tiene algo que se llama "textos sin casa" algo similar quisiera tener yo, pero me conduele verlos volando, así que demasiado pronto vengo y les doy hogar.
Mil gracias por leerme, los uno en un abrazo enorme y cariñoso

Francisca Westphal dijo...

Ya te lo he dicho nosecuantas veces, el pasado es lo que nos hace ser lo que somos hoy y ese orgullo que sientes por tus raíces y tu pueblo y tu familia esforzada, no hace otra cosa que reforzar los valores indígenas y la identidad de tu pueblo... que todo mejore, que nada se olvide... un abrazo Lety

alejandra dijo...

a mi me encanta leerte y releerte como no tienes una idea... visitaré tus otros lugares cuando ya los tengas, mientras heme aquí, fiel a tus palabras ...

te mando un abrazo amiga mia

J.S. Zolliker dijo...

qué mejor que lo digas, lo expreses, lo grites, lo denuncies... y lo saques de tu sistema, compartas las penas. Un abrazo, Espiritu Bello

Nidesca dijo...

mi bella Lety, dentro de poco estaré nuevamente en México ¿sabes lo que más deseo? ir a esa Oaxaca llena de magia.

no estés triste, los ciclos se cierran y se abren, de todo puede quedarnos algo bueno.

te abrazo

fgiucich dijo...

El orgullo de sentirse nieta de indígenas es una prosapia que no cualquiera se puede dar el lujo. Y tú, bien sabes, que la instrucción no te dá, muchas veces, lo que la sangre y la vida te enseñan. Intuyo que tu silencio es porque el rastro de los acontecimientos de Oaxaca aún te tienen muy sensible, pero como te dice Nika, los ciclos se cierran y vienen otros mejores, sin duda. Y si algún pelafustán de la política se aprovecha de los inocentes ciudadanos, no hay que alarmarse: la gente a la larga se da cuenta de quiénes son los buenos dirigentes. Abrazos.

Anónimo dijo...

mil gracias a ti Lety por dar a tus letras la sangre de la Verdad interior que surge como luces que iluminan sin duda el sendero de otros..mil amores para ti y que el dolor vivido traiga la recompensa necesaria para mitigarlo y convertirlo en sabiduria

Viv. dijo...

Confía en tu pueblo; que desde las cicatrices también se aprende.
Un besote.

Laura dijo...

Lety querida:
no es lo que en la vida nos ha sucedido sino lo que hemos hecho con eso que nos sucedió. Tu vergüenza de niña dio hermosas flores en tu madurez y eso indica que has aprendido mucho de la abuela Chelo.
¿Sabés una cosa? Los otros días, un amigo, un abogado de familia Suiza, me contó que su abuela era indígena guaraní. Hablaba con mucho cariño de ella y contaba historias parecidas a las que cuentas de la Abuela Chelo. Parece que esta señora, a los 75 años decidió aprender a leer y escribir, porque lo que más ansiaba en su vida era poder leer el diario. Así lo hizo pero no pudo disfrutar mucho de ese gozo puesto que sufrió de cataratas.
Amèrica toda es fruto de "abuelas Chelo" y por eso damos gracias a Dios.
Besos enormes

Conciencia Personal dijo...

Volver es un placer y sentir tu corazón palpitante por tu amada Oaxaca. Tu tristeza es la mía, Lety.

Con mujeres como tú, Oaxaca tomará el rumbo exacto.

Un abrazo solidario amiga.
Monique.

princess olie dijo...

Amiga:

Debes estar orgullosa de ser latinoamericana de verdad, sobre todo con los extraordinarios ancestros de tus tierras...

Te recomiendo que leas "Las venas abiertas de Latinoamérica", de Galeano. Es impactante, pero enriquecedor. Mi hija está en eso, ahora y yo la seguiré, pero por ahora comentamos pasajes del libro.

No sientas pena si dejes que te recorran las aguas amargas: piensa en toda la hermosura que has vivido y define qué has aprehendido de ello.

Abrazos fuertes y besos ídem:

olie

ka! dijo...

El fin de semana visité nuestra amada tierra: oaxaca...

La visité y dentro de las palabras que envolvieron el luto, hablabamos de política, como es costumbre en nuestra casa y se decía:

"El problema de Oaxaca a veces son los propios Oaxaqueños...si no Don Porfirio contra Juarez y contra Tata Porfirio los Flores Magón"

ka! dijo...

te quiero y te mando un abrazo:

Tu sobrino el mal portado...karol.

Anónimo dijo...

Algunos de mis maestros han sido de América. Amo profundamente esa cultura, esas costumbres, esa forma de sentir entender la vida.
Durante muchos años estudié tanto la cultura Maya, como la Inca. Esa tierra, tiene mucho que aportarnos y mostrarnos...
Es cierto que duele el sufriento...duele en todo el corazón. Pero confiemos, vendrá un tiempo en que habrá justicia.

Un abrazo grande siempre.

AnaR dijo...

Lo triste es la desesperación de un pueblo que no ve salida siente la necesidad de alzarse...eso es lo triste, Lety

Un beso

princess olie dijo...

¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!

ABRAZOS DE OLIE

8 de marzo 2007

Lilian dijo...

Es necesario dejar ir la ira, porque con la ira dentro de nuestro ser, solo nos amarga el espíritu y nos enferma.
Nuestros abuelos, más si eran indígenas, estaban disciplinados al trabajo a que con trabajo se come, con el trabajo se dignifica una persona, pero los días hoy parecen ser tan distintos, que muchos lamentablemente ya no piensan así, los valores en nuestra sociedad fueron cambiando, y así es como el mundo está como está.. lamentablemente nos corrompimos, uf y hablando así sueno a muy pesimista no?? Y creo no serlo, porque podemos mejorar no??.. dependerá de lo que cada uno aportemos verdad?
Un beso Lety!!!
recibe mis cariños!! y cuídate!!

Mónica Sabbatiello dijo...

Varias cosas que decirte, y otras tan hondas que no podré.
Si ganas ya tenía de conocer Oaxaca, gracias entre otr@s a Carlos Castaneda, ahora es que me asalta la necesidad imperiosa de viajar allí por lo menos si es posible esta noche en mis sueños y acompañarte en ese recorrido por el compresible dolor que sientes ante el perverso desprecio de gobernantes ante sus raíces. Esas que tu llevas tan aéreas, altas, brillantes, y que me contagian de una energía poderosa, telúrica, emprendedora. Me dejo embargar no sólo por lo que dices -que ya es una montaña de luz- sino por la energía que desprende, por el poder creador oculto, por las ganas de construir que emana.
Si a veces dudo acerca de si el "hacer" tiene sentido, ahora, tras leerte, reencuentro el puro placer de la acción, entre otras, de ésta misma de escribirte llena de dicha. Por conocerte. Diche en este mismo momento. Gracias por tus textos.

Alejandro dijo...

Sólo quiero decir, somos latinoamericanos, hijos de buenos hombres, vencidos a la voz de la historia, ajenos al mañana, al parecer llenos de la estúpida esperanza, aun con la voluntad de ser, gritar, mostrar, YO SOY, YO SOY, NOSOTROS SOMOS, dejando de lado la pobreza que han tejido otras manos, la visón raquítica del deseo, el sueño de poder, de calma, le falta a nuestros pueblos conocimento, para tomar las riendas de nuestros destinos.
Q más puedo decir, Animo como tu nos alientas.

Diana L. Caffaratti dijo...

Es que agobia tanto la pena, esa que viene desde lo profundo de la Historia; desde el fondo de raíces de oro y cobre. Y es que es tan hondo el dolor que si no lo llenas del agua manantial de tus palabras y lo rebalsas, y echas allí las penas para que se vayan, tu corazón seguirá herido hasta partirse en dos.
Besos apapachosos.(¿Se puede decir así?)

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog