lunes, agosto 07, 2006

Ignacio Javier, Javier-Ignacio XXVII

Los puntos suspensivos de la historia anterior tuvieron su razón de ser. Hasta ahí había quedado el anecdotario, nunca lo concluí.

Así como tú, que no te comprometías a portarte bien, hice yo y sin sentirlo, había abandonado mi intento. Regreso hoy que han pasado los años, tu papá cumplió once años de muerto.

Si hubieran sido trece habría entendido el por qué no asististe a la Misa, porque ese número es de mala suerte. Pero la razón es porque tu mamá se cambió de religión y no estuvo pendiente de que fueras. Ella tendrá sus razones, yo tengo las mías para lamentarlo.

Como él murió en Octubre, muy cerca del Todos Santos, nuestra remembranza se alarga, porque tú sabes que aquí en nuestro país, el Todo Santos es una celebración de la vida de los muertos y no otra cosa. Así que en estos días resulta lógico que si hoy escribo más, lo haga acerca de Nacho.

*****

Todos quieren aportar algo a tu anecdotario, mi mamá me pidió esta vez que no dejara de escribir de cuando Dios lo salvó de la muerte a los dos años. Ella no sabe de las otras historias, las terribles que he ido introduciendo. Tu anecdotario si me lo pide, pero la última vez que lo hizo, pude dárselo sin problemas, porque las otras narraciones nacieron después.

Es curioso como se siente en libertad de preguntarme por este anecdotario, debe ser que como es tuyo, piensa que no cometeré indiscreciones, pero cuando se trata de EntreCaracoles, mi novela, la que ella sabe contiene mis memorias, se abstiene de hacerlo. Aunque dos o tres veces le he preguntado si quiere leerla, siempre evade el momento y me dice que ya la leerá cuando esté impresa y yo la dejo hacer; para que provoco situaciones.
Aunque la verdad sea dicha, en EntreCaracoles, no he dicho nada que la comprometa a ella, sólo a mí, en cambio tu Anecdotario no podría escribirse si pretendiera callar o disfrazar la verdad.

Ella se pondría muy brava si sabe de estas historias, de las duras, pero ya bastante tengo con pensar como habrás de tomarlas tú cuando las leas, así que mejor me olvido del asunto por ahora y escribo la que ella me pide:

Murieron siete niños en Pochutla, de Salmonella fue la epidemia, y hace treinta y tantos años casi no se conocía medicina.

Mi mamá asistió al entierro de un ahijado y fue así como llevó a la casa el virus. Tu papá se enfermó muy gravemente. Fue el Doctor Toriz quien lo salvó en esa ocasión y como amigo de la casa, aún de adulto, tenía por Nacho un cariño especial.

A consecuencia de esa enfermedad, ya no disfrutó de la escuela que se fundó para él, fueron otros niños los ganones, porque él se vino a Oaxaca para evitar otros riesgos. Nuestro pueblo, San Pedro Pochutla, era bastante insalubre por su clima y por la mala alimentación de la mayoría de los niños.
Así llegó Nacho a la casa de nuestros padrinos, para empezar a ocupar su lugar, ahora si podíamos contar al hermanito pequeño entre nosotros, pues ya sabes que fueron mis padrinos quienes nos crecieron a los demás, desde los dos años, hasta arribar a la adolescencia.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Que de vicisitudes familiares :)

Muy entrañable...

Indianguman dijo...

de este anectotario está saliendo una bella novela. No sólo tu hermano y tu sobrino desempenian sui papel, otros personajes y voces perfilan la historia de una familia y un pueblo

besos mi hermanita

Nidesca dijo...

hola bella, paso por acá para continuar leyendo esta historia que ya me tiene enganchada, tuve mi computadora mala todo el fin de semana y no pude curiosear en tu novela, pero quiero que sepas que me encanta leerte.

te dejo un abrazo enorme,

besitos

fgiucich dijo...

Dentro de este interesante anecdotario, van aparaciendo nuevas vertientes. Aquella madrina que conocimos en EntreCaracoles, empieza a tomar protagonismo, nuevamente. Abrazos.

Anónimo dijo...

Estuve de viaje, pero ya he vuelto y mis primeros click son hacia este blog, que me tiene encandilada.
Mil besos, guapisima.

noname dijo...

Es interesante como en este punto ya los personajes me son tan familiares y el anecdotario a mi parecer está resultando como el mundo paralelo a Entrecaracoles, aparecen personajes que ya conocemos en otra situación. Concuerdo con Indianguman, si te decides a escribir este anecdotario como novela resultaría algo como "La casa de los espíritus" de Allende, me parece excelente.
Un beso grande para ti.

Laura dijo...

Nuevamente la memoria viene de la mano de seres queridos cercanos.
Te sigo leyendo ansiosamente

. dijo...

Esto va creciendo cada vez más y me estoy haciendo muy chafardera. Chafardera en catalán quiere decir curiosona.

Un abrazo.

bohemiamar.

Diana L. Caffaratti dijo...

A la par de tus narraciones, crece la inquietud por esperar la próxima.
La pintura que haces de costumbres , personajes y hechos tienen pinceladas surealistas, otras de costumbrismo neto, fieles a tu estilo y el pintoresquismo peculiar de tu país.
Me provees de sabrosas lecturas.
Gracias.

Araceli Gallardo Peña dijo...

Yo quiero leer Entrecaracoles cuando esté impresa como tu madre :D ok?
Nos avisas para adquirirla.

Entre madres e hijas hay cuestiones tan misteriosas.
Creo que tu sobrino al tener contacto con un padre tan real, tan humano, con errores y tremendas virtudes, se sentirá muy orgulloso de saber la verdad ;)
Un abrazo Letty

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog