domingo, marzo 19, 2006

I.- Me senté cerca de ella en la fiesta

Me quedé sin palabras. Las suyas me llevaron de golpe a esa muerte ocurrida cincuenta años atrás. No contesté, sólo pude mirarla fijamente a los ojos. Ella percibió mi azoro, porque sin esperar respuesta, bajó la cabeza y empezó a leer sin decir nada más. Estuvo bien que se olvidara de mí, porque me dio tiempo para recuperarme. Jamás pensé que llegaría a conocerla después de tanto tiempo. Curioso que dijera soy la niña. ¿Acaso seguía siéndolo?

Cuando al fin alzó la vista, levantó el libro contra su pecho, con las tapas todavía abiertas y me sonrió con dulzura mientras decía: —Me gustaría tenerlo ¿Cómo puedo conseguirlo?—.

—Que lo tenga, será un placer para mí. Este no, porque ya está dedicado, pero quisiera verla otra vez. Por favor vaya a la casa por el suyo.— Mi voz salió frágil. Le di la dirección todavía atropellando las palabras.

Cuando me tendió la mano para devolverme el libro, el dije de su pulsera quedó ante mis ojos. Era una esfera de oro labrada en filigrana, un trabajo artesanal muy delicado y cada vez más escaso. A las claras denotaba su antigüedad.

Se lo comenté y ella se quitó la pulsera para mostrarme que era un relicario plegable, justo para seis fotografías. Cuando me lo mostró abierto me sobresaltó: Estaba vacío.

—¿Le gusta?— me preguntó y siguió diciendo:

—Yo tengo nada más un hijo, así que no alcanzaría a llenarlo. Lo uso sólo porque era de mi abuela, pero imagino que ella también lo llevaba vacío, al menos así estaba cuando lo encontré. Déjeme que le platique, cuando era niña en mi casa había una cocina de humo, coronada por una pequeña ventana al centro del fogón mayor. Ahí, inaccesible para mí, había una caja de hojalata con hermosos dibujos labrados, aunque muy deslucida por el hollín.

Yo tenía tal vez cinco años y veía con frecuencia a mi abuela, retirar la caja y volver a ponerla en su lugar. A su muerte no es extraño que la caja de lata, vieja y ahumada, se quedara en el mismo lugar. Ni siquiera yo guardé un recuerdo consciente de la caja.

Cuando crecí lo suficiente para alcanzar la ventana, un día, casi sin pensarlo, tomé la lata, como quien hace algo que aguardó mucho para hacer. No creí que guardara nada de importancia, aún así quise abrirla, pero los años la habían oxidado. Para no dañarla, no insistí, pero la puse a salvo al fondo del armario destinado a mis juguetes. Cuándo dejé de usarlos y la caja quedó ahí en su refugio, hasta que una mañana que no elegí, volví a sacarla de su encierro, y esta vez, con la habilidad que dan los años, pude abrirla por fin y encontrar el legado de mi abuela:

En un lecho de algodón resplandecía la pulsera con el dije relicario; los años no habían opacado su fulgor. A su lado descansaban algunos billetes arrugados y unas cuantas monedas.

El festejo dio inició en ese momento, con música tan ruidosa que puso fin a la conversación, no así al deseo de continuarla.

17 comentarios:

Viv. dijo...

Y más interesante será su continuación!
Vine a dejarte saludines; te deseo una estupenda semana -me reintegraré a la blogósfera en uns cuantos días-.

Lety Ricardez dijo...

Hola B-berrie, mil gracias, regalarme la alegría de venir, saludarme y leer. Estaré pendiente de tu regreso.

MentesSueltas dijo...

Lety, escribi un mensaje a los que utilizamos este medio de comunicaciòn.
Un abrazo y espero tu opinión.
MentesSueltas

noname dijo...

Que lindo regalo nos has dado esta ocasión Lety, bella historia en la que casi pude yo misma tocar aquella caja oxidada, que bellos tesoros nos podemos encontrar al abrir simples envoltorios! no?.
Espero ansiosamente la continuación, como siempre me dejas con gusto a poco :)
Un abrazo grande.

fgiucich dijo...

Es el rito del inicio lleno de misterios que nos lleva a esperar con ansiedad el próximo capítulo. Creo que estamos en la puerta de una hermosa historia. Abrazos.

Enigma dijo...

... cuantos secretos asi deberan de existir simplemente para que alguien los desentrañe.

Espero la segunda parte.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Lety Ricardez dijo...

Ya fui a leer el mensaje Mentes y celebro tu iniciativa.

Una muestra de gratitud a quienes nos permiten esta cercanía a través del blog es de buenas personas y los conceptos que viertes muy certeros.

Gracias por compartir

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Queridísima Pepi mi corazón está de fiesta y en la palma de mi mano aprieto tres caracoles.

Pronto te escribiré y la historia prometo continuarla mañana, ya está lista para ustedes, sólo quería revisarla.

Besos con fraterno amor y gratitud

Lety Ricardez dijo...

Celebro que el amor por ustedes me moviera a escribir. Mire de lo que son causantes don Fernando. Es una historia que tenía atorada entre pecho y espalda y ahora simplemente fluyó,

Gracias por su querida presencia

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Don Enigma, usted y Don Fernando son una joya para mí que no quisiera perder.

Ya está lista la historia, incluso pulí esta primera parte que para ustedes se quedará así. Los cambios no son de importancia, pero dejar salir la historia sí.

Gracias por su presencia. Para usted todo mi respeto y afecto

Lety Ricardez dijo...

Hola querida Noemí:

Mil y mil gracias por venir, mañana la historia continúa. Gracias por el ejemplo y la motivación.

Un abrazo muy cariñoso para tí

Indianguman dijo...

Qué entretenido, Lety, tantas historias increibles que nos da la vida real. Presiento ya que algo maravilloso va a ocurrir....

Lety Ricardez dijo...

Ay querida IndianGuman, estaba pensando en tí, no me decidía a ir a avisarte que inicié esta historia.

Tienes razón, la historia es real, me gusta bordar alrededor de ella, yo le llamo falta de imaginación, los que me quieren no.

Te dejo mi abrazo de hermana y te espero para seguir.

noname dijo...

Que alegría saber que has recibido la carta :), estaba un poco preocupada por el contenido que llegase bien y entero, ojalá nada se haya estropeado y que te haya gustado.
Es un pequeñísimo gesto del cariño inmenso que te tengo.

Laura dijo...

Lety Querida:
despues de un sinnúmero de problemas con el blog estoy aquí nuevaente. No es que los haya olvidado, y mucho menos a vos.
Que bueno leer nuevas historias tuyas, llenas de aroma a violetas y frescura de primavera.
Sigo esperando ansiosa más.

Besos

princess olie dijo...

Continúa, Lety, que ya nos atrapaste entre tus hermosas páginas...

Qué hermosa introducción...

Un beso:

Olie

Lety Ricardez dijo...

Mi querida Pepi:

Tengo en mi escritorio y los tomo con frecuencia en la palma de mi mano tres caracoles chilenos y me alegra encontrarles semejantes a los de mis playas, tanto como semejantes somos nosotras.

Mil gracias por cada una de tus palabras que he sembrado en mi corazón
¿tengo tu permiso para compartirlas?

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Ay Laura querida, eres una presencia insustituible en tu casa y en mi vida.
Que bueno que ya lograste arreglar lo del blog, a mi me pasa a veces que se abre y dice listo pero no se ve.

Ojalá que te guste esta historia. En realidad la escribí para darles a ustedes algo nuevo de mí.

Unknown dijo...

Qué buen inicio. ¡Quiero leerlo todo!

Lety Ricardez dijo...

Hola Verónica, mil gracias por venir, perdón por mis ausencias, prometo ponerme al corriente.

Besos querida amiga

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Hola Doña Raquel;

¿te gustó de verdad?

A ver si mañana vienes a leer los dos nuevos

Besitos

Gracias por leerme, tú das razón de ser a este blog